Capítulo 38

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Llegué a casa. Dejé las llaves en la mesa del recibidor y fui a la cocina. Le di la cena a Lisa y yo me tomé una manzana. Intenté no llorar al recordar lo sucedido, Luke había ido a tirarse a Barbara después de que yo me enterase. Era un gilipollas, en vez de venir a mi casa a pedirme disculpas, suplicarme que le perdonara, prefería echar un polvo con otra. Tuve que llorar. Lisa me miró y vino hacia mí, ya se había comida sus croquetas. La cogí y la achuché. Me la había regalado Luke pero era lo único que no me mordía, en cambio él, él me había decepcionado nivel profesional. Me apoyé en la encimera y Lisa empezó a lamerme la cara, la dejé en el suelo y me sequé las lágrimas. Una triste enamorada, eso es lo que era, Luke ni siquiera me quería, me trataba mal y solo bien cuando le venía en gana. Busqué alguna caja de cerillas o un mechero por la cocina y la despensa. Encontré cerillas y me las guardé en el bolsillo de los vaqueros. Esperé sentada en el sofá a que Axel llegara. Al poco tiempo me llamó.

-Estoy en la calle -me dijo-. ¿Cuál es tu planta? Es que no me acuerdo.

-No hace falta que subas -le dije-. ¿Has traído la gasolina?

-Sí.

-Verás un golf rojo algo magullado y lo tendrás que seguir en tu coche.

-Vale, supongo que serás tú quien lo conduzca.

-Sí, voy al garaje a por el coche.

-Todavía no me has dicho para qué es la gasolina -inquirió.

-Enseguida lo vas a saber.

Colgué y salí de mi casa. Bajé por el ascensor al garaje y me monte en el coche. Luke se iba a quedar sin golf, porque se lo iba a quemar delante de su casa. Eran las diez de la noche, Luke estaría despierto y necesitaba a alguien con otro coche para salir corriendo nada más prender el fuego. Pasé por al lado del vehículo de Axel y él me empezó a perseguir.

Aparqué el golf delante de la mansión de Luke y salí de él. Axel bajó de su coche.

-¿Qué pretendes?

-Quemarle el coche a Luke -le dije andando hacia su maletero.

-¿Por qué?

-Me ha hecho daño, mucho daño y quiero hacérselo pagar -abrí el maletero, ahí estaba la gasolina.

Axel cogió la garrafa.

-Creo que hablando solucionarías mejor los problemas que tenéis -me aconsejó-. Así lo único que vas a conseguir es una guerra.

-Ya ha empezado. Echa tú la gasolina, que yo no tengo fuerza -le pedí-, por favor.

-Está mal, pero lo voy a hacer por ti, ¿llevas algún mechero?

-Cerillas.

-Vale, creo que eso servirá.

Axel empezó a echar gasolina al coche, por fuera y por dentro, una vez mojado dejó la garrafa vacía en la acera.

-Te toca -me dijo.

-Móntate en el coche para que nada más incendiar el golf irnos volando -le dije.

Él se metió en el coche y dejó abierta la puerta del copiloto para que yo entrara más rápido. Saqué una cerilla y le prendí fuego. Tragué saliva antes de tirarla y salir corriendo. El golf empezó a arder, corrí hacia el coche de Axel y nos fuimos los dos con el corazón a cien. Empecé a reír. Luke se lo iba a tomar muy mal, pero que muy mal.

-Sabes que su reacción no va a ser buena -me advirtió Axel.

-Lo sé, pero la cara que pondrá al ver el coche arder merecerá la pena -reí.

Sexto Sentido ~Luke Hemmings~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora