Sexto Sentido ~Luke Hemmings~

Capítulo 28

-Helena, despierta...

Abrí los ojos perezosamente. Era Luke, llevaba una bandeja con cosas encima. Me incorporé en la cama y Luke la dejó encima de mis muslos, era el desayuno, esta vez algo más currado. Habían tostadas con tomate que supuse que eran para mí, ya que era el típico desayuno español, y otras con vegemite que iban a ser para Luke porque a mí directamente no me gustaban.

-Me la he jugado -dijo y se sentó al lado mío-. Te he puesto la leche con dos cucharadas de café y tres de azúcar, ¿he acertado?

-Y de lleno -reí.

-Es que soy un crack -se echó flores-. Tu taza es la blanca -me informó.

La cogí y tomé un trago. Me quemé la lengua, estaba ardiendo. Dejé rápidamente la taza en la bandeja.

-No he acertado con la temperatura, es que acertar ya eso es mucho pedir -rió.

Sin dudarlo le vertí encima mi café. Se levantó casi volando de la cama al sentir lo caliente que estaba.

-¿Está caliente? -le pregunté.

Luke se me quedó mirando con mala cara y yo me empecé a descojonar de su expresión.

-Una cosa que no sabes de mí: odio comer en la cama por miedo a mancharla y mira, la he manchado -reí.

Dejé la bandeja donde Luke había estado sentado y me levanté de la cama.

-¿Ahora limpiarás eso, no? -me preguntó.

-Se habrá mojado hasta el colchón de café, ya está para tirarlo.

Porque que yo supiera un colchón no se podía meter en la lavadora. Por lo menos en las que habían en las casas normales.

Luke vino hacia mí empapado de café y me abrazó como un oso.

-¡Hey, aparta! ¡Me vas a ensuciar de café! -dije intentando quitármelo de encima.

-Esa es la idea -rió y me besó la punta de la nariz haciendo que yo cerrara los ojos y echara la cabeza hacia atrás.
Luke me soltó.

Me había dejado la barriga humedecida del café.

-Venga, ya me has ensuciado -le dije haciéndome la enfadada.

-Tú me has tirado todo el café, eso es peor.

-Tú me lo has traído ardiendo a traición. ¿A que sí? -inquirí.

-¿Yo? -dijo poniéndose una mano en el pecho, para dramatizar el momento -Yo nunca haría eso -se le escapó una sonrisa al decirlo.

-Qué cabrón eres -reí-. Me voy a duchar.

-No, primero desayunas, que me he tenido que despertar media hora antes para hacer el desayuno con toda la ilusión del mundo, y te tomas la pastilla. Después te duchas y luego te echo la crema.

Parecía que lo tenía todo planificado y no pude controlar que se me escapara la risa. Me senté en la cama y cogí una tostada. Luke hizo lo mismo. Le pegué un mordisco y Luke lo hizo al mismo tiempo, dejé la tostada en el plato y él me copió.

-¿Me estás imitando? -me preguntó ofendido.

-Me estás imitando tú -le dije.

-Eres una mentirosa, para de hacer lo mismo que yo, que me pones nervioso -dijo serio.

Me quedé pasmada, pero si yo hacía los movimientos antes que él. ¿Cómo me podía estar copiando?

-No me tomes el pelo -le advertí.