Capítulo 47

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Jamás había sentido la pérdida de alguien, puede que la de mi familia y mis amigos cuando me separaron de ellos. Pero todo eso era muy distinto, yo sabía que estaban bien y confiaba plenamente en que iban a tener un futuro brillante sin mí. En cambio, saber que un amigo ha muerto, que lo ha matado tu pareja, es demoledor. Me siento en la cama y Luke se dirige al baño a quitarse de las manos pequeñas gotitas de sangre, de las cinco personas que había matado. La verdad, lo admito, para mi esa sangre fue lo de menos, lo único que me enfadaba y me entristecía a la vez es que Kagetane estaba entre las personas a las que Luke le había arrebatado la vida. ¿No se puede tener todo en este mundo? No, siempre tienen que haber sacrificios. Si tienes el sexto sentido tienes que renunciar a la familia que te vio crecer y te dio la vida hasta que lo desarrollas. A veces me pregunto si mis padres, abuelos o tíos seguirán trayendo flores a mi tumba, porque yo estoy muerta para ellos. Se me saltan las lágrimas al pensarlo. Me hubiese encantado robar una nave y regresar a España para decirles a mis padres que estoy bien, que soy feliz y sobretodo que sigo viva. Pero no puedo porque está en contra de las normas. Unas normas que hay que cumplir. Edward, el creador de todo este embrollo que es el sexto sentido, es como un padre para Luke, entonces Luke será como un hijo para él. ¿Nos podría dejar volver a la Tierra? Sentir la brisa del mar, nadar entre peces, correr por el campo siguiendo hileras de flores, comer fruta de un árbol, jugar en la huerta con mis amigas, tener morados en las rodillas de todas mis aventuras, poder respirar aire de verdad.

Me levanté de la cama y me quité el vestido. Con las partes blancas que no se habían manchado de sangre me limpié mis manos y la cara. Luke salió del baño e intentó abrazarme.

-No -le dije.

-Edward me había dicho que lo hiciera, no me podía negar, Helena -me dijo.

-Luke, no me andes por esas, sé que no te importa matar, sino te hubieses negado fuera quien fuera que te lo mandase.

Me metí en el baño y cerré con el pestillo. Luke intentó abrir pero no pudo. Al final me había convertido en la chica de un asesino. Lo amaba y me daba igual que matase, yo lo quería a él no a lo que hacía. Y solo lo hacía para protegerme aunque me removía las entrañas pensar que yo no le importaba y el matar era para salvarse así mismo. No me extrañaba la idea pero me era dolorosa porque yo hubiese dado mi vida por él. Luke me había salvado dos veces de morir, la primera hace unos meses y la segunda el día anterior. Yo le importaba o por lo menos había conseguido que yo lo creyese. Me quité el vestido y lo tiré al suelo, me quité la ropa interior y la dejé en el mismo sitio. Necesitaba darme una ducha y borrar de mi piel cada gota de sangre del cuerpo de Kagetane. Ojalá no se enterase Clary de que Luke había sido quien lo había matado, seguramente lo odiaría de por vida. Yo no lo iba a odiar, ni más ni menos porque no podía. Lo quería demasiado, pero me sentía mal con él por lo que había hecho. Podía perdonarlo pero no seguir igual con él. Pasé la alcachofa por mi cuerpo, dejando caer el agua por toda mi piel. Oí los ladridos de Lisa y a Luke reír. La habían traído. Luke estaría jugando con ella en aquel momento mientras yo me duchaba. Cuando terminé me lie en la toalla y salí del baño.

Lisa vino hacia mí y le acaricié la cabeza.

-Hola, bonita -le dije.

Movía la cola de lo contenta que estaba.

-¿No han traído a Kevin? -le pregunté a Luke.

-No, no han podido -dijo Luke sentado en la cama-. Lo han matado y han destrozado mi casa. Lisa se pudo escapar porque era un perro mucho más ágil. La encontraron debajo de nuestra cama.

Parecía triste y se mordía el labio inferior tirando del piercing con sus dientes. Nunca lo había visto así, tenía los ojos hechos agua y parecía que iba a echarse a llorar en cualquier momento. Le iba a decir que se merecía que le hubiesen matado a su mascota pero luego caí en la cuenta en que no se lo merecía. Luke había matado a 6 rebeldes, pero el primero para salvarme a mí, y los otros 5 habían intentado matar a todas las personas que trabajaban en el centro comercial. Había matado a Kagetane, sí, y aunque me costase admitirlo él no era bueno. Me senté al lado de Luke. Lo abracé y después lo besé, le di un beso en la mejilla y dejé que se apoyara en mi hombro.

Sexto Sentido ~Luke Hemmings~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora