Capítulo 46

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HE EMPEZADO UNA NUEVA NOVELA.
SWEET BLOOD.
ES UN FANFIC DE LUKE HEMMINGS QUE VA DE VAMPIROS, ME HARÍAIS UN GRAN FAVOR PASANDO A LEERLA.
CREO QUE OS GUSTARÁ.
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Me senté en un sillón blanco que había en una sala, donde parecía que era el lugar donde hacían las reuniones ya que había una mesa rectangular bastante grande y un montón de sillas a su alrededor. Quería hacer algo para salvarle el pellejo a Kagetane, pero no se me ocurría qué hacer. ¡No sabía ni dónde lo habían metido! Me levanté y di una vuelta por la sala. Seguramente tendrían escondidos a los Rebeldes en una de las plantas subterráneas de La Cúpula. Una cámara grababa todos mis pasos desde el techo, la miré con asco y me marché.

Fui andando por los pasillos buscando un ascensor que me ayudara a descender a las plantas subterráneas. Podría improvisar algo cuando encontrase a Kagetane o simplemente hacer que las personas que lo retienen me hagan caso metiéndome en su mente y así liberarlo. Pasé por varios pasillos, todos ellos blancos y de vez en cuando me encontraba con las cristaleras de colores. No me cruzaba con nadie, estarían en la planta baja hablando sobre qué sentencia ejecutarles a los Rebeldes. Giré un pasillo a la derecha, otro a la izquierda y me perdí, era un edificio demasiada grande que parecía que tenía un laberinto en su interior. Y al fin llegué, mis pasos sin rumbo me habían dirigido hasta el ascensor, pulsé el botón para que se abrieran las puertas y entré en él. Miré la fila de botones que habían en la pared, al final me encontré la planta -3, lo pulsé.

-Acceso denegado -dijo una voz cuando pulsé el botón.

-Mierda -dije.

Clavé mis uñas en el tablado que había en la pared donde se encontraban pegados los botones. Seguramente si lo quitaba y manipulaba los cables lograría bajar a las plantas subterráneas. Por mucho que tirara, mis uñas no iban a servir como palanca, se me acabarían rompiendo. Salí del ascensor y empecé a correr por los pasillos, abrí todas las puertas que me encontraba y entraba en sus respectivas habitaciones, buscando algo que me sirviera de palanca. Encontré un destornillador de punta plana y varios más en una pequeña guardilla donde seguramente guardaban las cosas de mantenimiento y las herramientas para las averías. Cogí los destornilladores y volví corriendo al ascensor. Pulsé de nuevo el botón y me metí en él. Metí por las finas rendijas el destornillador de punta plana y empecé a hacer palanca con todas mis fuerzas, comenzó a ceder. Me di cuenta de que habían tornillos me puse las manos en la cara y suspiré frustrada por no haberme dado cuenta antes. Debía hacer las cosas un poco más despacio y fijarme en las cosas que me rodeaban. ¡Mierda, las cámaras! Las puertas del ascensor estaban cerradas por lo que ninguna cámara del pasillo me podía grabar pero... ¿Había alguna dentro del ascensor? Empecé a buscar con mi mirada y no había ninguna, y si lo había estaba muy bien ocultada. Destornillé la placa y pude ver todos los cables. Pulsé otra vez el botón de la planta -3.

-Acceso denegado -dijo la voz femenina.

Empecé a retorcer los cables y a cambiar sus posiciones, rompí algunos los conecté con otros, salieron unas chispas y me hicieron daño en el dedo. Pulsé de nuevo la planta -3 y el ascensor bajó. Sonreí en mis adentros, lo había conseguido. Me puse de pie y me arreglé el vestido, no quería que sospecharan cuando bajase. La puerta se abrió y salí. Un guardia de seguridad me impidió el paso.

-Deme su carnet de identidad, por favor -me pidió.

Estaba en mi habitación y seguramente si se lo daba negaría el acceso. Me metí en su mente e hice que me dejara pasar sin mirar si quiera el carnet. Habían celdas. Todo estaba lleno de celdas, pero no con barrotes, sino con un cristal que parecía neutralizar el poder de las mentes de aquellos Rebeldes. Estaban sentados en el frío hormigón, parecían tristes y arrepentidos, no les habían salido los planes tal y como ellos esperaban. Fui andando y buscando con la mirada a Kagetane. Unos guardias me miraron y yo les sonreí. No me podían hacer nada, ni echarme, el otro guardia me había dejado pasar por lo que debía de ser bien recibida. Seguí examinando la planta, no estaba. Me dirigí a un guardia de piel oscura.

-Hola -le dije.

Me miró.

-Estoy bustando a un rebelde con pinta asiática, japonés, para ser concretos -le expliqué.

-Ya deberá estar muerto, antes se han llevado a los cinco chicos que iban a tener la sentencia más dura.

Mis ojos se abrieron totalmente. No. No podía haber muerto. ¡Tenía que haber ido más rápido! ¡Haber actuado antes! Eché a correr hacia el ascensor y me metí en él, pulsé la planta baja. Esperaba encontrar a Luke y con suerte que hiciera que a Kagetane lo libraran de su sentencia. El ascensor subió pronto a la planta destinada. Salí. No sabía por dónde ir, dónde lo podría encontrar. Debía estar con Edward, en alguna sala o quizás en su despacho. Cada minuto que pasaba hacía que me preocupara más por la muerte de Kagetane, rezaba por que aún no lo hubiesen matado. Me metí en el pasillo donde se encontraba la sala de las cámaras. Oí un disparo. Paré en seco y giré la cabeza a mi derecha, había una puerta y de ahí procedía el sonido que había escuchado. Abrí la puerta y entré.

Habían cuatro hombres tirados en el suelo. Y Kagetane estaba sentado de rodillas, Luke tenía una pistola con la que apuntaba la sien de Kagetane. Mi corazón comenzó a latir más deprisa.

Luke puso el dedo encima del gatillo.

-¡No! -exclamé corriendo hacia ellos.

Y disparó.

Pisé la sangre de los demás Rebeldes con la suela de mis sandalias. Me tiré en el suelo y cogí el cuerpo inerte de Kagetane, me puse a llorar. Era inevitable. Sabía que la gente de aquella sala me estaba mirando en ese mismo instante, pero me daba igual, me jodía una barbaridad que lo hubiesen matado. Echaría de menos todos aquellas discusiones y debates que teníamos juntos, lloré y lloré. Luke puso sus manos sobre mis hombros e intentó levantarme.

-¡Déjame! -le grité.

No podía creer que Luke lo había matado, había tenido la sangre fría de matar a cinco Rebeldes, seis, contando a Ansel. Quitó sus manos de mis hombros y se mantuvo a mi lado, de pie y sin ninguna expresión reflejada en su rostro, sin contar la seriedad de aquel momento. Edward negó algo con la cabeza y se marchó acompañado de tres guardaespaldas, Luke lo miró marcharse y apretó los dientes. Los guardias de la sala donde estábamos empezaron a coger los cadáveres y meterlos en sacos. Mi vestido, mis manos, e incluso mi mejilla izquierda estaban manchadas de sangre. Intentaron coger el cuerpo de Kagetane pero me negué a soltarlo.
-¡Helena, está muerto! -exclamó Luke.
Me cogió del brazo clavándome sus dedos en mi piel y me levantó. Me hacía daño. Me empecé a zarandear para que me soltará, pero era en vano. No me dejaba. Los hombres metieron a Kagetane en el saco y lloré más fuerte. Luke me cogió del otro brazo y yo di pataletas contra el suelo. Me sacó de la habitación y me llevó a rastras hasta el ascensor, donde me metió en contra de mi voluntad.

-¡¿Cómo has podido?! -inquirí.

-Te dije que mataría a todos los Rebeldes y Kagetane incluido.

Bajé la mirada, lo dijo. Pero nunca lo vi venir, no pensaba que él lo acabaría haciendo. Creía que le faltaba el valor suficiente como para matar a cinco personas de una manera tan fría. Pensaba que era más fría de lo que él podía aguantar. Pero me equivoqué. Luke se podía convertir en una máquina de matar si se lo proponía y ya lo había cumplido. Ya lo era.

Hola!!!!!!

Espero que os haya gustado este capítulo ^_^

No sé cuándo voy a subir nuevo capítulo, supongo que la semana que viene.

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Gracias por leer :)

Besos ❤ ❤ ❤

Sexto Sentido ~Luke Hemmings~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora