Rachel se fue antes de la hora de comer y me preguntó si iba a con ella y Ashton a comer por ahí. Obviamente dije que no, porque no me hacía mucha gracia estar con un pareja y yo sola, como si fuese una sujeta velas. Saqué a pasear a Lisa. Hacía un calor insoportable. Al llegar a casa tuve que ducharme. Intenté hacer una vida normal, pero era imposible, cada vez que dejaba de pensar, recordaba a Luke y no podía evitar llorar por todo el daño que me había hecho. Miré la hora en el móvil, las siete de la tarde. El sol ya no apretaba tanto, era buena hora para irme al club. Si me encontraba a Luke ahí explotaría como una granada en plena batalla. Sería muy descortés de su parte visitar el prostíbulo después de que yo me enterase de su existencia y no es que me hubiera sentado muy bien que Luke tuviese una puta cada vez que tuviese ganas de eyacular. La cara me había mejorado, pero seguía con los párpados hinchados, menos, pero seguían estando así. Decidí ir a un centro de estética antes de ir al club, no quería parecer un muerto para cuando me viera Barbara. Me dejaron impecable la cara, mis párpados perdieron el hinchazón de las lágrimas y mi piel quedó perfectamente lisa y sin impurezas.
Aparqué el golf cerca de la puerta de aquel establecimiento. Había una moto que me resultaba muy familiar al lado de la entrada. No podía ser la de Luke, mi corazón dio un vuelco. Si era la de él, se la destrozaría nada más acabar con su mujerzuela. No había ningún guardia en la puerta, suerte para mí, entré en recepción y fui directamente a los ascensores. Una vez dentro de uno de los elevadores marqué la planta 45. Las puertas se abrieron y pude ver un montón de habitaciones que empezaban desde el número 50, en las demás plantas estarían el resto de habitaciones. Pasé por el pasillo mirando los números de los dormitorios, 55 Beatriz Ferrer, una chica, pensé al ver la placa en el centro de la puerta. Fui andando por el enorme pasillo hasta encontrar la puerta 64 con el nombre de Luke Hemmings debajo de aquella cifra. Tragué saliva. Tenía pensado en hablar con ella y ya está, no la iba a matar porque ya lo iban a hacer otros y yo no quería mancharme las manos de sangre. Yo no era tan cruel, o por lo menos eso creía.
Toqué la puerta con los nudillos de mi mano derecha, tardó en abrirse y cuando lo hizo vi a la morena. Llevaba un albornoz que se lo había puesto deprisa y corriendo o por lo menos eso me había hecho pensar al verlo mal puesto. La chica me miró de arriba a abajo y giró la cabeza hacia el interior de la habitación.
-¡Luke! ¿Has solicitado un trío? -le preguntó.
Me quedé de piedra. ¿Cómo me podía haber hecho eso? Me cabreé. Luke estaba ahí. Quería demostrarle con quién se estaba metiendo. Mil maneras de matar a Barbara se me pasaron por la cabeza. Quería hacerlo delante de él.
-No -dijo el muy descarado.
-Pues lo siento, pero tienes que irte, cariño -me dijo con su voz chillona.
-No -dije
La cogí del cuello y entré en la habitación, cerré la puerta de un porrazo. La chica intentó zafarse y la solté.
-¡¿Pero de qué vas! -me exclamó.
Luke estaba acostado en la cama con una sábana por encima, mi sangre hervía por todas las partes de mi cuerpo y mi corazón estallaba en llamas. Se puso las manos en la cabeza y suspiró. Sabía que la había cagado.
-No me levantes la voz -le dije.
Clavé la mirada en sus rodillas y me concentré al máximo para que le dolieran a rabiar. La chica gimió de dolor y cayó al suelo.
-Luke, ayúdame -le pidió con lágrimas en los ojos.
Él no hizo nada, se limitó a quedarse callado y a mirar incapaz de hacer nada.
Sentía un dolor intenso en el corazón, quería ponerme a llorar, gritar, chillar, patalear y llorar una y otra vez. Me metí en la mente de aquella chica y me apoderé de su cuerpo. La puse en pie desde mi mente y ella era consciente de que la estaba controlando.
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Sexto Sentido ~Luke Hemmings~
FanfictionPor mucho maquillaje que me eche, no voy a lograr borrar la expresión fría de mi piel. Mi sangre congela cada una de mis extremidades cuando pasa, hace que mi corazón rompa tímpanos de hielo. Nunca olvidaré aquellas aventuras, aquellas sensaciones...