Sexto Sentido ~Luke Hemmings~

Capítulo 57

Skumfuk
Recoge las fotos de la pared,
Borra los pensamientos.
Olvídalos todos.
La elección es tuya para salvarte a ti mismo,
O en las manos de cualquier otro.
(...)
Bien, ¿qué puedo decir?
Pienso que es obvio que acabarías de esta manera.
Cuando vives entre los muertos,
La mejor de las suertes es
Cómo el único:
¡Resident scumfuck!
¿Una víctima o tan sólo una tragedia?

Me dolía el pecho, tenía ganas de vomitar. Me encontraba fatal, a Luke lo estaban operando mientras yo esperaba sentada en una sala de espera, sola. Empecé a llorar, ya que era una de las cosas que mejor se me daban. Si yo nunca hubiese discutido con él en el hotel jamás le hubiese pasado toda la mierda que estaba sufriendo en aquel momento. Me culpaba por todo lo que le había sucedido. Todo había sido por mi culpa. Yo no tenía ningún perdón. Cada vez estaba más nerviosa. Le habían roto no sé qué cosa del brazo que si ligamento o a saber y le tenían que poner unos hierros en él. Me levanté de la silla, me dolía el culo de estar tanto tiempo sentada. Comencé a andar por los pasillos rápidamente para matar el tiempo. Estaba inquieta, imperactiva. No sé cómo lo hice pero acabé en la cafetería. Una mujer vino hacia mí.

-¿Te apetece una tila? -me preguntó pasando un brazo por mi espalda.

Estaba vacía.

-Vale, sí, está bien, me da igual -estaba super nerviosa, no sabía ni lo que decía.

La mujer me sentó en la mesa más cercana a la barra. Tenía la culpa y los remordimientos, pero no los de haber matado a tres personas -porque desgraciadamente Alby había sobrevivido a los disparos-, sino de que estuvieran operando a Luke.

"Una operación" me repetía una y otra vez. "Una operación. Una operación. Una operación. Una operación. Una operación. Una operación..."

-Cariño, ¿te encuentras bien?

-Una operación... -susurré.

-¿A quién están operando? -me preguntó dejando la tila en la mesa.

-A mi chico, Luke Hemmings.

-¿Y no hay nadie acompañándote?

-Nadie -me limité a decir.

-Son las cuatro de la mañana, tómate la tila, lo mejor será que después vayas a tu casa, puedo buscarte un chófer.

-¡No quiero irme! -exclamé-. Luke me necesita.

Rodeé con mis dedos la taza donde me había servido la tila y me la acerqué a la boca, estaba bastante caliente, me quemé la lengua pero seguía bebiendo. No me importaba quemarme, me dolía más que Luke estuviese sufriendo. Oí una silla arrastrarse y me encontré con Michael. Me abrazó y la mujer mayor se marchó.

-¿Cómo estás? -me preguntó.

-Mal -le respondí-. Quiero que Luke esté bien y todo lo que le ha pasado ha sido por mi culpa -lloré en su hombro.

-No ha sido tu culpa -me susurró-. Ellos ya tendrían todo aquello planeado. No ha salido todo tan mal, podría haber sido peor.

Me despegué de él, Michael pasó sus manos por mis brazos y me dejó un beso en la frente. Estaba siendo muy tierno conmigo.

-Gracias -le dije.

-No me las des.

Me levanté de la silla y sequé mis lágrimas con mis manos.