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- ¿Van a pasar los tres o solo usted Bang? - Dijo el médico, en lo que nos daba paso a su consulta.

- Solo yo. - Le sonreí.

A Changbin pareció no hacerle mucha gracia que no les dejara pasar conmigo, pero no quiero que ellos escuchen de primera mano lo que el doctor Seok tenga que decir sobre ello. Prefiero hacerlo solo, por si es algo demasiado grave, prefería hablarlo con ellos más tranquilamente y por mi propia boca. Así que aceptó a regañadientes el quedarse fuera esperando con Minho.

- Bien, pues pase por aquí. - Les di un último vistazo a los chicos y pasé con el médico a su consulta.

- Respeta su privacidad Bin, todo saldrá bien. - Oí decirle Minho a Changbin justo antes de que Seok cerrara la puerta tras nosotros.

La consulta era muy minimalista, tenía algunos cuadros abstractos y algunas esculturas sencillas. En una de las paredes se encontraban una serie de fotos que tenía el doctor con algunos de sus pacientes e inclusive su familia, se sentía agradable. Supongo que es un poco de estrategia por parte de Seok, al final su trabajo era algo difícil, decirle a la gente que probablemente tengan fecha de caducidad, o que tenían algún tipo de enfermedad irreparable complica mucho las cosas. Por lo que, seguro decidió darle a su consulta al menos un aspecto hogareño, para apaciguar mejor las cosas, y que los pacientes se sintiesen más recogidos y tranquilos.

- ¿Cómo ha estado señor Bang? - Preguntó el, tomando asiento en su silla acolchada detrás de su escritorio. Yo cogí asiento en una de las sillas de enfrente sonriéndole.

- Algo mejor gracias a la medicación. Estas semanas no hemos tenido mucho trabajo así que he podido estar mucho más tranquilo. - El doctor asentía con una sonrisa.

- Me alegro. - Hizo una pequeña pausa antes de continuar. - Antes de soltarle la bomba, quisiera apaciguar un poco la tensión que tiene, así que le haré unas cuantas preguntas, sin ningún tipo de fin, nada más que el saber un poco más de usted. Me gusta conocer bien a mis pacientes. - Los dos nos reímos suavemente y le asiento para que de pie con sus preguntas.

- Puede que algunas sean un tanto privadas, pero quiero decirle que todo lo que usted diga aquí no podré contarlo bajo ningún tipo de circunstancia, ni siquiera a esos dos chicos con los que ha venido. - Asentí, confío en él. Me ha transmitido una confianza plena desde el primer día que lo conocí, y el trato siempre ha sido excelente, así que no le ocultaría nada.

- ¿Ha estudiado usted psicología doctor? - Le pregunté antes de que empezase él con sus preguntas, mirando atentamente algunos de los diplomas que tenía colgados en la sala.

- Me gusta que sea usted el que empiece primero con las preguntas. - Dijo el riendo, yo me sonrojé y me puse algo tímido.

- Disculpe, no era mi intención...

- Nada, nada, no se preocupe por favor Bang. Es usted uno de mis favoritos, me gusta que mis pacientes también tengan curiosidad hacia mí. Puedes preguntar todo lo que quieras o te perturbe, me gusta que también sepáis sobre mí. - A lo que asentí mucho más confiado.

El señor Seok tendría alrededor de unos veinte años más que yo, unos cuarenta y cinco. Se le veía algo mayor pero no tanto como otros médicos. Seok parecía ser de esos que se cuidaban, tenía un cuerpo medianamente trabajado, algunas arrugas de más en su rostro y algo de barriga, pero sin duda se cuidaba a pesar de su edad. Por no hablar de que siempre mantenía una sonrisa en sus labios, haciéndote sentir cómodo. Tenía un trato increíble y mucho tacto. Era muy calmado y relajado, pero con un sentido del humor característico, era algo peculiar.

- Y sí, estudié psicología después de especializarme en todo lo que conlleva ser un cardiólogo. Pensé que sería útil a la hora de tratar con mis pacientes. Podría ayudarles mucho mejor en el trato psicológico si así lo viese necesario, o si ellos estaban de acuerdo con ello, poder ayudarles en lo que más pudiese en ese ámbito. Lo veía una herramienta muy necesaria para tratar de médico a paciente, al final sabrás que mi trabajo no es igual de fácil que el de un pediatra. - Dijo con algunos gestos de por medio y algunas sonrisas. Le escuchaba atentamente. - Es un tema algo mucho más delicado, pero no más importante que el trabajo de un pediatra. - Ríe.

- Que considerado por su parte doctor. - Le sonreí encantado.

- Ahora bien Chan. ¿Puedo tutearle? ¿Está bien con ello?

- Oh, sí, sí, claro. No se preocupe. Me haría sentir mucho más cómodo también. No estoy acostumbrado a que se dirijan a mí en tercera persona. - Le dije algo tímido.

- Pues sin problemas, tú también puedes hacerlo si así lo deseas. Me hace sentir algo viejo lo de usted a decir verdad. - Me comentó, diciendo esto último como si fuese un secreto. Reí.

- Está bien.

- Ahora sí, quiero que me hables un poco sobre cuál es el ritmo de vida que llevas. Sé lo de tu insomnio y que te excedes demasiado en el trabajo, así que háblame de algo más personal. Comparte conmigo todo lo que tu veas necesario.

- Mmm... - Me tomé un minuto para pensar. - Pues suelo dormir entre unas tres o cinco horas todos los días según como esté de trabajo, estrés o ánimos ese día, hago el desayuno para los chicos, desayuno con los que pueden y después recojo un poco la casa, hago mi parte - Seok me escucha con atención. - y me pongo a trabajar, llega la hora de comer y hago un pequeño parón para ello, aunque he de serle sincero. Muchas veces cuando hay demasiado trabajo no llego a comer, esto pasa desde hace un año aproximadamente, por lo general antes hacía todas las comidas del día e inclusive alguna que otra más. - Confesé con una media sonrisa. - Pero tuve un giro de los acontecimientos horrible, cuando mi familia murió por estas fechas en un accidente de tráfico hace un año. Empecé a pasarlo realmente mal y supongo que por la ansiedad y la pequeña depresión que tuve, se me cerraba el apetito.- Hice una pausa. - Desde entonces no logro comer igual de equilibrado que antes. Después de eso, sigo con el trabajo, si tengo que hacer algún que otro recado lo hago, voy al gimnasio si me toca ese día, vuelvo a casa me ducho, ceno y sigo trabajando hasta que dan las dos de la madrugada más o menos. Me cuesta conciliar el sueño así que decido ponerme a ver alguna serie, vídeos, películas tal vez. Hasta que me quedo dormido y sobre las seis menos cuarto o seis de la mañana suena mi alarma para dar pie a un nuevo día. 


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