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Mm... me pesa el pecho. Siento malestar.... ¿Me estoy ahogando?, ¿tal vez asfixiando?

¿Dónde está Minho?, no puedo ver nada.... ¡Ah! el pecho, duele, duele, duele mucho. Quítamelo, quítamelo. ¡Socorro!, ¡ayuda!, ¡por favor!

Nada.

Qué me está pasando, por qué no puedo ver, por qué me duele, qué está pasando. ¡Ayuda!

Silencio.

¡POR FAVOR! ¡AYUDA!

- ¿Hijo? - Escuché una voz familiar llamarme.

- ¿Mamá?

- Soy yo Channie. - Mi corazón se agitó.

- ¡Mamá!, ¡mamá!, no puedo ver nada. Ayúdame. - Dije con miedo. - Me ahogo, ¡me ahogo mamá!

- Shh, respira tranquilo. Mamá está aquí. - Sentí mis ojos llenos de lágrimas.

- No puedo verte, no puedo ver nada. Por favor ayúdame, mamá. - Lloraba.

- Todo irá bien pequeño. - Arrulló ella acariciándome una de mis mejillas.

- Quiero verte mamá, por favor, ayúdame. - Ella volvió a arrullar.

- Aguarda.

- No puedo, no puedo, el pecho, el pecho duele. No puedo mamá, ¡mamá! - Decía angustiado.

Pero ella ya no estaba, su caricia desapareció y con ello ella también.

- ¿Mamá?, ¿sigues ahí?

Nada.

- Por favor, ayudarme. - Sollocé en voz muy baja. - ¿Dónde estoy?, por favor... tengo miedo. - Lágrimas caían por mis mejillas.

Y de repente, pude ver.

Luz.

Una sala de espera, en tonos blancos, un pasillo sin final a mi izquierda y a mi derecha, enfrente sillas y una gran cristalera. Se veía el cielo, estoy en un edificio, de gran altura. Estoy sentado, mi vestimenta es blanca, un pijama de hospital. Estoy solo. Nadie a los lados, nadie en el frente, nadie detrás.

Siento un pinchazo horrible en el corazón, me encojo de dolor. No puedo respirar, me mareo, me hormiguean el brazo y la pierna. Caigo de rodillas al suelo, sujeto mi pecho con fuerza, hiperventilo, siento el peso de nuevo.

¿Qué está pasando? ¿qué me está pasando?

Ayuda por favor.

- ¿Bang Chan? - Otra voz conocida.

Alzo la cabeza. Es Hannah.

- ¡Hannah! - Me intento incorporar.

Camino lentamente hacia ella, pero no logro llegar nunca, avanzo y ella parece retroceder, pero no se mueve. ¿Qué está pasando?

- ¿Qué está pasando, Hannah? - Sollozo triste, temeroso y angustiado.

- Estamos contigo. - Asiento despacio.

- Sí... lo sé. Estás aquí conmigo. - Sonrío.

- Pero en el otro lado no me verás.

- ¿En el otro lado?, ¿qué otro lado?

- Te seguimos de cerca, siempre estamos a tu lado, confía en ti y en el resto. Debes dejarnos ir. - Frunzo el ceño.

- No puedo dejaros ir. No quiero Hannah, me quedo con vosotros. - Digo apenado.

- No puedes, aún no es tu momento.

- Vive por nosotros Chan. - Dijo ahora otra voz conocida.

- Lucas... ¡Lucas! - Vuelvo a caer de rodillas, lloro desesperado.

LimboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora