Limbo

#62

CHANGBIN

Me mantenía completamente concentrado en la hora que marcaba mí teléfono, las ocho menos tres minutos de la tarde, solo faltaban diecisiete minutos más para coger a Felix desprevenido y pedirle de forma simple y sencilla que me acompañe a dar un pequeño paseo por la playa antes de la cena.

Pienso pedirle matrimonio dando un paseo tranquilo, cerca del mar, solos y con toda la privacidad que pueda y cuando ya sienta que estamos lo suficientemente lejos de los ojos curiosos de los chicos ahí se lo pediré. Me pondré de rodillas y le preguntaré si quiere ser feliz a mi lado por el resto de sus días.

- Se te ve algo nervioso. - Dice Chan con una sonrisa pillina tomando asiento a mi lado pasándome una cerveza en el acto.

- No gracias.

- Bueno... pues tú te lo pierdes.

- Estaría un poco feo pedirle matrimonio estando un poco pedo ¿no crees? - Le comento con el ceño fruncido. Chan ríe ligeramente.

- Sí... Felix creo que lloraría.

- Sabes que va a llorar igual. - Ambos reímos.

- Cierto...

Se hace un pequeño silencio en lo que de fondo escuchamos a los chicos hablar y reír en la terraza.

- ¿Y tú con Minho? Os veo más tontorrones que nunca. - Curioseo. A Chan se le escapa una pequeña sonrisa tímida.

- Me dijo que se había imaginado un futuro conmigo y... pues estoy algo moñas ahora con él. - Confiesa.

Le miro con los ojos algo entrecerrados y prestándole toda mi atención.

- Sabes... creo fielmente que tú eres para Minho y él para ti. Jamás me lo hubiera podido llegar a imaginar, pero... ahora que os veo puedo decirlo con vehemencia, sois los dos igual de idiotas. - Chan me pega un codazo en el costado.

- Con lo bonito que te estaba quedando... - Refunfuña en lo que a mí se me escapan un par de carcajadas.

- No pero en serio, sois muy tiernos. Se nota que Minho está un poco hasta los cojones de tantas muestras de afecto por tu parte en menos de veinticuatro horas, pero... por lo demás sois verdaderamente entrañables.

- Me sigues vacilando o ya estás hablando en serio. - Dice con cara de póker.

- De verdad, de verdad. - Le aseguro levantándome del sofá.

- Anda que...

Se hace un pequeño silencio. Chan lleva su cerveza a sus labios para pegarle un gran y último trago antes de aplastarla con fuerza y dejarla sobre la mesa del salón descansando.

- ¿Estás nervioso? - Pregunta fijando su mirada con la mía.

- Un poco, no te voy a mentir, es un gran paso.

- Un muy gran paso. - Recalca. Le pongo los ojos en blanco adoptando a su vez una postura más despreocupada. - Pero sé que lo vas a hacer bien. Siempre lo has hecho bien con Felix, y sé que tras esto lo harás mucho mejor.

- Gracias, a ti sí que te ha quedado bonito el discurso. - Ironizo dándole una palmada en el hombro.

- Lo harás bien. - Me asegura ahora con una matiz más tranquilo y serio.

- ¿Y tú?

- Yo qué.

- ¿Le propondrás matrimonio a Minho algún día? - Chan suspira fuertemente revolviéndose el pelo con suavidad.

- No está en mis planes. Siento decepcionarte pero, es algo temprano aún. Y no planeó hacerlo hasta por lo menos los treinta.

- ¿¡Los treinta!? - Me sorprendo.