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Pasé la noche medianamente bien, dormí algo más de lo normal y me sentía mejor por la mañana, decidieron que se quedaría Changbin esa primera noche y así fue. Les conté sobre lo que me pasaba según el doctor, y después de aquello todo se puso raro. Changbin fue el único en hablar, solo intermediaba con él, reíamos de vez en cuando, por el pijama tan ridículo que llevaba, o por algún que otro chiste malo sobre mi edad y de como por eso ya estaba entre hospitales, como buen abuelo que soy, pero Minho por su parte no dijo absolutamente nada.

Se la pasó callado todo el tiempo, daba miedo sinceramente. Lo único que hizo fue quedarse conmigo en la habitación en un momento determinado en lo que Bin hacia unas tareas que tenía que terminar fuera, básicamente le sustituyó hasta que llegó la noche y él se pudo ir a casa a descansar. No hablamos absolutamente nada, todo estaba bastante tenso, se sentía pesado el ambiente. No podía dirigirle la mirada cuando él por el contrario no paraba de acuchillarme con la suya. Me sentía vulnerable con él ahí y tampoco sabía cómo apaciguar las cosas.

El día de ayer giró en torno a él, desde el primer momento, como si todo el universo y el resto de las personas se hubiesen puesto de acuerdo para hacerme recordar que me gustaba Minho. Llegó a ser algo pesado, parecía que la vida me decía de actuar con respecto a mis sentimientos por él, y me encanta pensar eso, me encanta pensarlo, imaginar que la vida me está mandando señales para que actúe, porque todo va a salir bien. Pues a veces ilusionarse o fantasear un poco con el amor no hacia daño. Pero, algo dentro de mí, algún presentimiento me dice que no lo haga. Que mi corazón va a empeorar si me arriesgo a decirle algo, vaya. Me da mucho miedo como pueda reaccionar él. Mi último plan es cagarla en eso, bastante mal están ya las cosas, como para empeorarlas más.

Hoy por la mañana me hicieron la prueba, me pusieron varios cables en el pecho y unas especie de pinzas en las muñecas y en los tobillos, me resultó algo curioso, no sé por qué pensaba que sería como una radiografía o algo similar, me sentí un tanto idiota cuando vi como realmente se hacía aquella prueba, pero fue divertido ver como salían mis latidos impresos en ese pequeño papelito, aunque no representasen algo bueno seguro.

Después de aquello volví a la habitación, les dije a los chicos que no era necesario que estuviera siempre alguno de ellos aquí, que no se preocuparan pues si algo llegaba a pasar el médico les avisaría sin pensarlo, pero Minho se rehusó a hacer caso a ello y estaba de nuevo hoy conmigo, de hecho se queda también por la noche. Un acto que tanto a Changbin como a mí se nos ha hecho un tanto curioso. Ayer estaba casi irritado por estar aquí y hoy no le deja a Changbin quedarse... extraño..., pero no me quejo, si puedo pasar más tiempo con él, aunque sea en silencio y con un ambiente tenso constante, me vale.

- Bien... pues..., iré a pasar el rato con Berry, volveré más tarde, para la hora de cenar. No penséis que no voy a volver por el día de hoy. - Dijo entrecerrando los ojos a modo de amenaza, yo sonreí dándole unas pequeñas palmaditas en el hombro. Minho apretaba los labios y negaba suavemente. - No os peleéis mucho e intentar hablar algo hijos míos, que no os habéis dirigido la palabra desde hace un día entero. Ni que os hubieseis declarado la guerra. - Dijo el indignado, con algo de ironía y con un toque humorístico. Min puso los ojos en blanco sonriendo de lado y yo me sonrojé ligeramente. Llevaba un día entero muy serio, ya echaba de menos verle sonreír un poco.

Cuando Changbin se fue, nos quedamos él y yo solos, un veintiséis de diciembre a las once de la mañana en mitad de la habitación de un hospital. Decidí irme hacia una silla que había puesto ayer justo enfrente del gran ventanal, para poder ver mejor el cielo, despejarme un poco y para coger otra postura que no fuese tumbado en la cama, literalmente. Me habían puesto algo de medicina en vena, un tratamiento, para probar a ver si con eso mi corazón podría controlar mejor las pulsaciones, hacerlas más regulares. Era algo de prueba realmente, muy de prueba, pues no sabían si iba a reaccionar bien o mal. De momento mi corazón va perfecto, lo puedo ver en el monitor que tengo conectado. No habían bajado de sesenta mis pulsaciones, así que era algo bueno, muy bueno.

LimboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora