- Sí. - Contesté cortante en lo que Chan reía pareciendo haber escuchado el mejor chiste de su vida. Le miré con los ojos entrecerrados.
- No pensé que fueras tan adorable. - Dijo él limpiándose las lágrimas. Mi cara de asco y molestia no podía ser más evidente.
- Me voy. Por la noche vendré. ¿Para las once te viene bien que esté aquí? - Le dije actuando de una manera seria.
- ¿Diez y media? - Suspiré.
- Once menos cuarto.
- Diez y veinte.
- Se supone que tengas que ampliar el tiempo no rebajarlo. - Dije entre dientes sonriendo falsamente.
- Ven para las diez, quiero hablar contigo bien las cosas. - Dijo con un gesto de indignación.
- Tch. - Chasqueé la lengua.
Yo también quiero hablar las cosas, pues claro que quiero hablarlas pero ¿tiene que ser esta noche?, soy el único que está en fase de muerte con todo esto o qué narices.
- No tengo ganas sinceramente de hablar nada Chan. - Dije mirando hacia el suelo, este tema me da dolor de cabeza.
Chan asintió volviendo a quedarnos en silencio. Pensé en irme, pero algo me decía que debía de quedarme, que Chan no quería que me fuese aún.
- Y... ¿tendrás ganas tal vez dentro de un tiempo? - Dijo Chan de manera sosegada. Ojalá no hubiese hecho aquello que hice cuando nos emborrachamos la otra noche... nada de esto se estaría dando y todo seguiría de la misma forma que antes.
- No lo sé. Tal vez. - Dije aún con la mirada cabizbaja.
- Bueno, si no, tampoco es algo relevante. No quiero presionarte a hablar cosas que no quieras hablar. - Dijo haciendo una ligera sonrisa con algo de cansancio.
- Quiero hablarlo. - Sentencié fulminándole con los ojos para al rato acabar maldiciéndome por dentro. Chan asintió mirándome de una manera intensa.
Guardamos algo de silencio.
- ¿Y mi ropa? - Disparó Chan, retomando de nuevo el tema. Fantástico.
- Bueno.... Cuando me enfadé con los chicos. - Hice una pequeña pausa. - Agh, ¡¿de verdad te tengo que contar esto?!, - dije con pereza. - no es la gran cosa.
- Sí, claro que me gustaría escucharla. Quiero saber cómo es que llevas mi ropa puesta. - Dijo relamiéndose los labios de forma pícara. Puse mis ojos en blanco suspirando.
- Pues sin más, cuando discutí con ellos, no sabía a dónde ir para coger algo de ropa, puesto que estaban todos en el piso. - Suspiré. - Haber pasado de vuelta a por la ropa hubiese dañado mi orgullo después de haberme ido por la puerta grande, como comprenderás. Y tras darle un par de vueltas decidí que pillarte ropa a ti no iba a suponer ningún problema, pues nadie la echaría de menos. - Me encogí de hombros. - Te la lavaré y devolveré.
Chan asentía con una sonrisa pillina en sus labios, negué levemente con la cabeza. ¿Está algo cachondo desde que ha abierto los ojos, o es cosa mía? Pensé.
- Puedes quedarte la chaqueta si quieres, pero el resto de la ropa la quiero de vuelta, inclusive la interior. - Dijo señalando con la cabeza una pequeña parte de la goma que asomaba entre mi piel.
Ya.... Se me olvidó mencionar este pequeño detalle... también le robé ropa interior.
- Claro, la tendrás planchada y todo. - Dije con irritación. - ¿Puedo marcharme ya? - Le pregunté con molestia.
- Sí, claro. Nos vemos por la noche. - Asentí y me dirigí hacia la puerta.
Llegué al apartamento por fin, dejé el abrigo en la percha junto a la bufanda y me retiré rápidamente a cambiarme de ropa. Me di una ducha rápida y me retiré hacia el lavadero a poner la ropa de Chan junto a la mía a lavar; comí algo rápido y me fui al sofá a dormir un poco hasta que la ropa estuviera lista.

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Limbo
FanfictionLimbo, cántame de nuevo nuestra historia. Bang Chan lleva enamorado de Lee Minho dos años, pero este último lleva en relación con Han Jisung desde hace casi tres, por lo que sus esperanzas de tener algo con el chico son prácticamente nulas, si no h...