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Me dispuse a dormir una vez terminé de trabajar un poco en una de las tantas canciones que tengo a medio terminar, y tras eso me quité la ropa y me metí a la cama, sorprendentemente hoy tenía sueño, así que no supuso ningún problema el dormir temprano.

Eché en falta a Min, aunque solo fuese para sentir su presencia por aquí, por la habitación, pero no le di importancia, está pasándoselo bien con los chicos y eso es lo que importa.

Pasaron unas cuantas horas y escuché mi teléfono sonar, me levanté un poco aturdido y cuando miré el nombre que se mostraba en el móvil fruncí el ceño.

Me giré para ver si estaba en su cama pero no, no estaba. Vi la hora y eran casi las dos de la mañana. No voy a negar que no me preocupé ligeramente por Min cuando vi su llamada y más a estas horas de la noche.

Solo se me ocurrían dos cosas, o había pasado algo grave con alguno de los chicos, alguno de ellos se había abierto la cabeza o algo similar o, me llamaban porque iban más pedos que Alfredo y simplemente estaban haciendo el gilipollas, presentí que era más la última, o al menos eso quería creer, porque como le hubiese pasado algo a alguno me da un micro infarto.

Cogí el teléfono de la mesilla, descolgué y lo llevé a mi oreja.

- ¿Min? - Pregunté aún algo somnoliento.

- Tch, Cha-Chan. - Habló Min del otro lado del teléfono con la voz quebradiza.

Abrí mis ojos de golpe, incorporándome un tanto asustado. Estaba llorando ¿verdad?

- ¿Min? Qué ocurre. - Dije intentado buscar en mi cerebro aún algo dormido, las palabras adecuadas para no sonar alterado.

- Chan... yo... lo siento un montón... muchísimo. - Decía entre lágrimas, sollozos, con la respiración entrecortada y con la voz adolorida, sonaba horriblemente mal.

- Tranquilo Min, intenta respirar tranquilo. Calma, todo está bien ¿sí? - Minho hizo silencio mientras intentaba calmar su angustia.

- A-ay Ch-Chan no puedo. - Me saltaron las alarmas, ¡¿por qué está tan mal?!

Salí de la cama rápidamente y me vestí. Cogí ropa abrigada y me dispuse a salir de la habitación.

- Estoy fuera... en el jardín del hotel. - Decía arrastrando las palabras. Está borracho, pensé. - ¿Crees que puedas venir? - Preguntó casi con miedo.

- Voy para allá. Y tú tranquilo Min, no pasa nada. - Comenté intentado relajarle.

- Gracias.... - Agradeció en un hilo de voz apenas.

Se me encogió el estómago y me dio un vuelco en el corazón, nunca había escuchado a Minho llorar así ni mucho menos estar así de triste y angustiado, eso me estaba poniendo nervioso y mal a mí.

Me puse en la peor de las situaciones pero al llegar al jardín y verlo sentado cerca de la piscina, de espaldas a mí, de una pieza, me relajó deliberadamente un poco.

Me acerqué despacio y cuando llegué a su lado Min temblaba y respiraba fuertemente, parecía tener ansiedad.

- ¡Chan...! - Me nombró rompiendo a llorar fuertemente.

Me acerqué poniéndome de rodillas a su lado atrayéndole a mi cuerpo para abrazarle. Hundió su cara entre mí pecho mientras me agarraba de la sudadera fuertemente.

- Tranquilo Min, tranquilo. Shh. - Arrullé para intentar tranquilizarle mientras le acariciaba la cabeza. Él intensificó el llanto y su agarre.

Min temblaba y no sabía cómo calmarle, nunca lo había visto así antes, Minho no es una persona llorona ni mucho menos altamente sensible, esto es algo nuevo para mí y me está doliendo horrores verlo así.

LimboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora