9. No es mi lugar.

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Noah.

Desperté por la alarma del móvil, ya me sentía mejor después de haber dormido prácticamente todo el día, solamente me despertaba para comer algo y así poder tomar mi medicina a la hora indicada, la señora Harper me envió una lista de instrucciones de como tomar la medicina que me había dado, cosa que seguía sin recordar en qué momento lo hicieron.

Aunque deseaba seguir tendido en la cama sin hacer nada, había una razón por la que estaba en New York y después de lo que pasó estos días lo único que deseaba, era regresar a la comodidad y seguridad de mi casa. Después de todo había llegado a la conclusión que aquí ya no era mi lugar, probablemente hace mucho tiempo ya no lo era.

Tome una ducha, lave mis dientes, me vestí con ropa cómoda y tome mis cosas para salir del hotel, tenía que seguir con mi trabajo si quería regresar lo más rápido posible a casa, entre menos tiempo tardara, más rápido estaría en el avión.

—Buenos días —salude una vez llegue a la empresa Harper.

—Señor Spencer, que bueno tenerlo de vuelta.

—Es bueno volver —respondí con una sonrisa.

Seguí con mi camino hasta el ascensor, presione el número del piso correspondiente y espere a que las puertas se cerraran, un rato después estas volvieron a abrirse en mi piso, el cual, estaba completamente vacío, nadie además de mi venía aquí, eso lo había notado en estos pocos días trabajando.

Esta vez había llevado conmigo mis auriculares, a veces el silencio que había en este piso podía ser abrumador, además la música siempre fue mi refugio en los días malos, justo en estos momentos era mi mejor desahogo.

Era un fanático de Ed Sheeran, probablemente era mi cantante favorito y sus canciones eran como algo sagrado para mí, por lo que, Happier era la canción que sonaba justo ahora y era como si estuviera hecha completamente para mí.

Probablemente era la canción que más se apagaba a mi situación actual, aunque lo único que quería es que me eligieran a mí una vez más, una última vez.

Dejé de lado mi trabajo cuando sentí a alguien tocando mi hombro, di media vuelta para quedar frente al señor Harper, quien tenía una pequeña sonrisa en el rostro.

—Espero no molestar —dijo una vez me quite los auriculares.

—No, para nada.

—Esta princesa de aquí quería venir conmigo hoy —dijo dejándome ver a Jessie—, tengo una reunión justo ahora y Alec aun no llega, ¿puede quedarse contigo unos minutos?

—Seguro.

—Alec vendrá por ella cuando llegue, luego podrás continuar sin molestias.

—¡Oye!

—Ella no es ninguna molestia —asegure.

—Bien, entonces los dejo.

El señor Harper desapareció en ese momento dejándome con Jessie, ya no era la niña de hace unos años, estaba más grande y había crecido muchísimo.

—Has cambiado mucho —dije.

—Estoy más alta —dijo sonriendo.

—Eso puedo notarlo —puntué— ¿Cómo te va en la escuela?

—Bien, mis clases son divertidas.

—¿Te gusta la escuela?

Asintió como respuesta, se sentó sobre una de las cajas que ya estaban selladas, por un momento pensé que se caería, pero al parecer no pesaba tanto como para aplastar la caja.

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