35. Lo prometo por el dedito

71 5 0
                                    

Noah.

Intenté seguir a Alec, me había quedado sentado en el sofá por unos cuantos segundos luego de que este salió del departamento, sin embargo, cuando el peso de la situación cayó sobre mí y comprendí todo, salí corriendo detrás de él, pero fue demasiado tarde ya que, al terminar de bajar las escaleras, él estaba subiéndose al taxi.

Me reprendí mentalmente por no insistir y detenerlo antes, tenía que explicarle las cosas para que comprendiera la razón de mi rechazo, claro que quería volver con él, eso era algo que jamás dudaría en aceptar, pero ahora mismo estaba en medio del proceso de superar todo mi pasado y todos mis miedos.

Las sesiones con mi psicóloga iban cada vez mejor, ella era de gran ayuda en mi vida y ahora mismo estaba ayudándome a superar todo, sin embargo, no le había comentado nada a Alec por que aún tenía miedo de su reacción, luego de lo que paso en el departamento, supe que no tenía que haber ocultado dicha información.

Regrese al departamento aun riñéndome mentalmente, tenía que hablar con él lo más pronto posible, tal vez si le explicaba lo que estaba pasando, no sentiría mi respuesta como un rechazo, si no como una petición para que esperara un poco más por mí, cuando por fin dejara de odiarme por completo.

Estaba ansioso, no tenía a quien llamar así que solamente me restaba esperar a que él estuviera más tranquilo, tal vez así reconsideraría la idea de escucharme y podría cambiar de opinión, claro que no tuve en cuenta el hecho de recibir una llamada de su parte, una llamada donde se notaba que estaba ebrio, llorando y tal como él lo dijo, con el corazón roto, me hizo sentir culpable porque yo no supe cómo explicar las cosas y simplemente dije que no, por lo que luego de obtener la dirección de su hotel, me cambié de ropa y emprendí camino hacia allá.

No tarde tanto tiempo en llegar, en la recepción del hotel dije el nombre de Alec y por fortuna me dejaron pasar, en el ascensor pensaba en el escenario que podía encontrar una vez estuviera en la habitación.

En el pasillo para mi sorpresa me encontré con la señora Harper, me sorprendió demasiado ya que no sabía que ellos también estaban aquí.

—¿Noah?, ¿Qué haces aquí? —preguntó confundida.

—Yo, estuve con Alec todo el día —dije un tanto nervioso—, me llamo hace un rato y no parecía estar muy bien.

—Vino un tato decaído —dijo ella—, ¿Estás seguro que quieres verlo?

—Si, estoy seguro.

—Ven, te daré la llave para que puedas entrar —dijo ella guiándome hacia una habitación—, no sé qué pasa entre ustedes, pero te aseguro que Alec no tiene malas intenciones —argumento dándome la llave.

—Lo sé y yo tampoco las tengo.

Nos despedimos y ella desapareció por el pasillo, por mi parte dude un rato sobre entrar en aquella habitación, pero sabía que si no lo hacía entonces era probable que Alec terminará durmiendo en la terraza, solo con sus calcetines. Desde que lo conocí, nunca le ha gustado embriagarse, creo que solo lo ha hecho dos veces en todos estos años y siempre actúa como un niño pequeño.

Entre a la habitación y cerré la puerta detrás de mí, me deshice de mi abrigo y caminé hasta estar frente a Alec quien estaba sentado en el suelo, recargado en el sofá de la sala de estar.

—¿En serio te embriagaste? —pregunté.

La manera en la que me miraba era extraña, era como si estuviera viendo una especie de alucinación y no fue hasta que hablo que me di cuenta que era exactamente lo que pensaba que era.

—No, y tú no estás aquí —respondió—, solo eres... eres parte de mi imaginación, Noah no estaría aquí.

Sonreí divertido por la situación, me acerqué hasta ponerlo de pie y sentarlo en el sofá.

Why Not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora