29. Más que una mascota

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Noah.

Dos semanas pasaron totalmente rápido, al final si había conseguido el empleo en aquel museo donde había realizado mi última entrevista, ahora mismo estaba encerrado en el almacén haciendo el inventario de unos artículos nuevos que llegaron, la verdad no sucedía nada interesante en este lugar, no más allá de limpiar el almacén, hacer el inventario y luego subir toda la información a la web del museo.

Tenía un par de tareas pendiente aparte de hacer el inventario, también debía revisar la información que el antiguo empleado había recolectado, según mi jefe, había hecho un desastre porque había mentido sobre su profesión y no tenía ni idea de cómo hacer su trabajo. Revisé todos los documentos y si, estaban hechos un desastre con la información equivocada o revuelta entre sí, lo cual no sabía como había sucedido porque todo estaba escrito en los documentos que venían con cada caja.

—Noah, ¿Aun estas aquí?

—Oh, hola jefe —le salude—, si, en realidad todo está peor de lo que menciono, quiero arreglar todo antes de terminar la semana.

—No te presiones —negó—, vete a casa, ya se está haciendo bastante tarde.

—¿Esta seguro? Puedo quedarme otro rato más, traje mi auto.

—Estoy seguro, ve a casa —dijo serio.

—De acuerdo, entonces me voy.

Asintió, salí del almacén luego de que él se fue y me asegure de dejar todo en perfecto estado, así también me asegure de cerrar muy bien la puerta y luego guardar la llave en mi mochila.

Salí del museo a eso de las ocho, mi trabajo se suponía que terminaba a las cinco de la tarde, cuando el museo cerraba sus puertas al público, sin embargo, él trabajo era tanto que estaba quedándome más tiempo para terminar lo más rápido posible.

—Mommu, estoy en casa.

Esperé paciente a que el gato apareciera, pero no lo hizo, eso me pareció bastante extraño por que normalmente venía cuando anunciaba que estaba en casa, me deshice de mi abrigo, zapatos y maletín para buscarlo tranquilamente.

—Mommu, ven aquí —hice sonidos con mi boca llamándolo—, ¿Mommu?

Lo busque por todo el departamento, pero no di con él, empecé a ponerme nervioso por que por más que buscará no estaba en ningún lugar de la casa, no sabía a quien llamar, a quien acudir así que llame a mis padres.

—¿Noah? ¿Sucede algo cariño? —preguntó mamá— Es bastante tarde.

—No se donde esta Mommu.

—¿No está dormido? —preguntó— ¿Ya revisaste todo el lugar?

—Si, ya lo hice, no esta en ningún lugar —respondí— ¿Qué se supone que debo hacer?

—Tranquilo, seguramente volverá pronto —aseguró—, ¿Tiene su collar, cierto?

—Si, lo tiene.

—Entonces no te preocupes —dijo tranquila—, si no vuelve entonces alguien puede encontrarlo, seguramente te llamaran.

Sus palabras no lograron tranquilizarme del todo, pero al final tenía razón, él sabría como regresar por su cuenta y si no lo hacía, entonces en su collar estaba mi número y la dirección de la casa de mis padres, podrían llevarlo con ellos o llamarme para poder traerlo conmigo.

Estaba tan preocupado que no pude probar bocado, no cene y luego de darme una ducha, a pesar de querer dormir, no pude hacerlo en lo absoluto, di varias vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño, pero no lograba hacerlo sin importar cuanto lo intentará.

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