19. Un Regalo

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Alec.

El libro que Noah había comprado por mí, llego al cabo de tres días, además del libro vi que también había incluido otra cosa, pero aún no me atrevía a abrirlo, no estaba seguro si era para mí o solamente se había equivocado al ponerlo en el paquete, ya que no tenía nombre.

Aun estando en el hospital, seguía pensando en ello, era mi descanso y esta vez no tenía a nadie que me hiciera compañía, tenía la vista fija en el móvil tratando de decidir di enviarle un mensaje a Noah o no hacerlo, habíamos mantenido la comunicación luego de nuestra cena, incluso luego de un rato no había falta saludarnos, solamente continuemos con la conversación que teníamos pendiente.

Hola, ¿Cómo va tu día?

Envíe el mensaje antes de arrepentirme, según me había contado, esta semana iba a dedicarse a encontrar empleo y también a cerrar el contrato de su nuevo departamento, ya que no quería ser viviendo con sus padres, bromee diciendo que iría a visitarlo una vez que se instalará, pero tenía que prometer que sería el primero en hacerlo, él lo hizo y ahora estaba esperando el momento para realmente viajar y visitarlo.

Noah.
Un poco aburrido, llevo una hora esperando por mi entrevista.

Tú.
Si te hace sentir mejor, yo estoy muy aburrido en el hospital.


No quería preguntar directamente por el segundo paquete, aunque estaba desesperado, no quería ser completamente directo y preguntar por ello, más bien, estaba esperando a que la conversación me guiará a ello, y recordé que debía agradecerle por comprar el libro.

Tú.
Por cierto, gracias por el libro.


Noah.
No tienes nada que agradecer.

Tú.
Además, ¿por qué hay otro paquete?

Noah.
Oh, es un pequeño regalo, ¿te gusta?

Tú.
No lo abrí, no sabía que era para mí, prometo hacerlo hoy cuando llegue a casa, debo irme, suerte en tu entrevista.


No espere una respuesta, mi descanso había terminado y ni siquiera me di cuenta de ello, salí de la cafetería y en el pasillo me encontré con algunos de mis compañeros, que, al igual que yo, aún estaban en su residencia.

—Harper, alguien estaba buscándote en la recepción —dijo uno de ellos.

—¿Dijo su nombre?

—¿James?, ¿Jace? Jay—dijo finalmente—, dijo que su nombre era Jay.

Le agradecí y luego fui rápidamente a recepción buscando con mi mirada a Jay, hasta que finalmente di con él, estaba sentado en la sala de espera mientras miraba su móvil de manera distraída.

—¿Jay, que haces aquí? —no pude evitar preguntar.

Esté levanto la mirada y sonrió, se puso de pie y me extendió un sobre blanco, lo tome dudoso y saque el papel que había adentro, no pude evitar sonreír cuando leí lo que decía aquella carta.

—¿Te iras a Francia? —pregunté sorprendido.

—Estoy considerándolo, luego de terminar envié la solicitud —explicó—, tu estas arriesgando mucho y pensé que era hora de hacer lo mismo, voy a arriesgarme.

—Realmente deberías ir —intente alentarlo—, sé que te gusta mucho todo eso del estudio cinematográfico, ahora puedes hacerlo, arriésgate, no es tan malo.

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