Alec.
—Dime, ¿Qué querías decirme?
Hace más o menos una hora, Jay había llegado a casa porque yo se lo había pedido, para matar el tiempo mientras lo esperaba, había preparado todo para tener una cena más o menos decente, pedí comida, limpie la sala de estar y trate de preparar un ambiente agradable.
No estaba nada listo para lo que se venía, mi valentía se había acabado en cuando escuche que llamaron a la puerta.
—Yo…llame a Noah —solté si pensarlo.
—¿A tu ex? —pregunto sin cambiar su tono de voz.
—Sus padres me dijeron que él viajaría a España —empecé a explicar—, lo contacte porque necesitaba que hiciera algo por mí.
—No veo por qué eso es un problema —negó mostrando su confusión.
—Hablé con él hoy —solté de nuevo sin medir las palabras— y mientras hablábamos recordé algo.
—¿Pudiste recordar? —preguntó muy sorprendido.
—Lo hice, fue un momento que vivimos juntos —formulé tratando de estar tranquilo—, le pedí que nos viéramos para cenar.
Sabía que tenía que ser directo y sincero, nada de buscar alargar la conversación, principalmente por que lo que iba a sugerir después seguramente le daría un punto final a nuestra relación y no quería alargar ese momento.
—Oh, eso es…
—Quería que lo supieras por mí y no por nadie más —aclare—, creo que es lo menos que puedo hacer, hablarte con la verdad.
—Yo... —se aclaró la garganta antes de hablar— necesito tiempo para procesar esto —dijo después de un rato donde se quedó en silencio.
—¿Quieres que nos tomemos un tiempo? —pregunte nervioso— No se como sentirme al respecto con todo esto, y no quiero meterte en algo que es mi responsabilidad.
—Sería lo mejor —asintió de acuerdo— entiendo que quieres esto y no podrás hacerlo si yo estoy en el medio.
Me quedé en silencio, meditando lo que me había dicho, no quería que eso sucediera, más bien no sabía si eso era lo que realmente quería una vez escuche su respuesta, las dudas me invadieron y aunque quería echarme para atrás, sabía que no era lo correcto.
—¿Estamos bien?
—Si, estamos bien.
—¿Estás seguro?
—Si, creo que es mejor para ambos.
Su seguridad me daba un poco de miedo, sin embargo sabía que no podía hacerlo cambiar de opinión, además, cuando empezamos a salir prometimos que, si en algún momento alguno de nosotros quería tomarse un tiempo, entonces el otro tenía que respetar eso.
—Bien, gracias por entender —agradecí—, estaré aquí cuando me necesites —asegure.
Era muy extraño este momento en concreto, se suponía que ya no estábamos saliendo, pero aun así la atmósfera no sufrió muchos cambios, vimos una película y luego de eso cuando ya era tarde nos fuimos a dormir, esta vez fue un poco extraño dormir bajo el mismo techo, más no en la misma cama como estábamos acostumbrados.
Fue algo complicado quedarme dormido, mi cabeza se había hecho un lío, pero cuando por fin logré conciliar el sueño, fue lo mejor que me había pasado en el día.
—Amar el helado de menta debería ser un delito.
—Por favor, tu helado favorito es el de vainilla —se quejó—, es el sabor menos interesante de todos.

ESTÁS LEYENDO
Why Not?
Teen FictionUna pareja, un accidente, miles de recuerdos perdidos, cuatro años de recuperación y un corazón en el olvido. El amor lo vence todo, ¿incluso el tiempo y los recuerdos perdidos? vale la pena volver a amar y volver a enamorarse, ¿arriesgarse? ¿por qu...