47. Centros de mesa

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Alec.

Me senté en el suelo, totalmente cansado, mi respiración estaba acelerada y estaba bastante sudado, a tal punto que mi ropa se pegaba a mi cuerpo.

—Vamos, levántate —dijo Noah llegando hasta donde estaba.

—No, ya no puedo más —negué.

—Pero si no hemos hecho nada —se burló.

Le miré molesto y solamente sonrió divertido, se sentó hasta quedar frente a mí, no podía creer que él no se sintiera cansado en lo más mínimo y que apenas tuviera una leve capa de sudor sobre su frente.

—¿Cómo es que no estas cansado? —pregunté.

—Tengo buena resistencia —dijo mientras se encogía de hombros.

—¿Por qué tenemos que hacer esto?

—Dijiste qué harías todo lo que yo quisiera —respondió simple—, ¿ya no lo recuerdas?

Claro que lo recordaba, recordaba cómo le había rogado durante una semana para que volviera a ponerse el disfraz de Halloween, aquel que había usado por la noche cuando solamente éramos nosotros dos, él había aceptado con una simple condición, que no podría negarme a lo que él me pidió hacer acerca de la boda, claro que lo único que había pedido hacer, era ensayar para el baile.

Era por esa simple razón que ahora estábamos aquí, era un lugar que Cassie había conseguido para nosotros, según tenía entendido era una especie de lugar para eventos, pero Cassie había conseguido una habitación para practicar el baile.

—¿Estás seguro de que quieres un baile? —pregunté haciendo evidente mi cansancio.

—¿Estás echándote para tras? —preguntó haciendo un puchero.

Sus ojos brillaron, estaba haciendo un puchero y luego de eso tomó mi mano, aunque estaba cansado, sabía perfectamente que le hacía mucha ilusión tener un baile especial luego de casarnos, además, habíamos practicado mucho y me encantaba la manera en la que se movía libremente por la pista.

—No, solo estaba bromeando —aclare.

—¿Estás seguro?

—Oye, lo estoy, prometí que íbamos a hacerlo, así que lo haremos.

Me mostró una sonrisa hermosa, de esas que solo él poseía. Descansamos durante un par de minutos hasta que finalmente nos pusimos de pie para practicar nuevamente.

Pasamos al menos una hora más hasta que finalmente tuvimos que dejar el lugar, Noah tenía que ir a trabajar y yo tenía que reunirme con Cassie para hablar sobre la boda.

Dejé a Noah frente al museo y nos despedimos con un simple beso, luego de eso fui directamente al departamento de nuevo para darme una ducha, Noah se había duchado rápidamente y luego habíamos salido prácticamente corriendo para dejarlo en el museo.

—El lugar ya está confirmado —dijo Cassie—, mañana me reuniré con el resto del equipo.

—De acuerdo.

—Tienen la prueba del traje el sábado por la tarde —dijo mientras anotaba algo en su libreta—, deben dar el visto bueno a las flores y la decoración. —Añadió.

—Pensé que eso sería una presentación —dije confundido.

—Lo será, preparé una presentación para ello —aclaró ella.

—De acuerdo, entonces hablaré de eso cuando Noah termine su trabajo.

Terminamos de ajustar los últimos detalles de las próximas citas para los preparativos, tal y como le había prometido a Noah, estaba participando en todas las decisiones sobre la boda y lo que conllevaba.

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