43. Sparks de Coldplay

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Parte 3.

Noah.

Cuando salí del auto en el que íbamos, me di cuenta de que estaba en la playa, en concreto en aquella donde estaba el muelle "secreto", sonreí instintivamente preguntándome que era lo que estaba planeando Alec con todo esto.

No sabía que hacer o hacía donde ir, mire varias veces a mi alrededor, tratando de encontrar alguna pista, pero no había ni una sola alma en toda la playa, ni siquiera Dylan quien se suponía que estaría aquí porque vino conmigo, mi móvil vibro en mi bolsillo justo en ese momento, lo tomé y al ver la pantalla apareció el nombre de Alec.

—¿Ya estás en la playa, amor? —preguntó al otro lado de la línea.

—Si, pero no sé qué estoy haciendo aquí —respondí sincero—, ¿A dónde debo ir? —pregunté esperando por su respuesta.

—Tú sabrás que hacer —fue lo que dijo.

—Alec...

Antes de poder decir algo más, finalizó la llamada dejándome totalmente sorprendido, vi la pantalla del móvil apagado durante un rato hasta que finalmente solté un suspiro, esperaba que fuera una buena sorpresa y valiera la pena todo esto, tenía más preguntas que respuestas de lo que estaba sucediendo y aunque todo me resultaba muy extraño, hice caso a sus palabras y seguí mis instintos.

Empecé a caminar hacia donde se encontraba el muelle, que era a varios metros de donde habían dejado estacionado el auto, ni si quiera podía visualizarlo desde donde estaba, por lo que supuse que realmente estaba un tanto alejado de allá.

Me asegure de caminar por la orilla, para no llenar el interior de mis zapatos con arena, admire la vista en todo ese rato, el sol ya estaba por ocultarse y el cielo tenía colores naranja casi imperceptibles, pero que dentro de unos cuantos minutos tomarían todo el protagonismo de lo que quedaba del día.

Caminé por unos cuantos minutos hasta que finalmente pude observar el muelle, me detuve por completo a unos pocos metros sin entender que estaba sucediendo.

El muelle no parecía ni de lejos al habitual, había pequeños faroles en cada lado de este, desde la entrada hasta el final, una hermosa alfombra blanca cubría las tablas de madera del suelo y sobre esta, había cientos de pétalos de rosa, aunque no sabía cómo se mantenían en su lugar con el viento que generaba el clima.

Supuse que tenía que continuar con mi camino y así lo hice, justo cuando uno de mis pies tocó la alfombra, una melodía se hizo presente y no sabía de dónde, Sparks de Coldplay me acompaño en cada paso que di hasta que me detuve a unos pocos metros del final, donde estaba Alec con una pequeña sonrisa en su rostro.

Este vestía un traje igual que el mío, sus dorados risos caían libremente por su frente, mantenía una de sus manos en el bolsillo del pantalón mientras que la otra la extendió hasta mí, la cual no dude en tomar en ningún momento.

Camine hasta finalmente estar de pie frente a él, la melodía no se detuvo, al contrario, nos acompañaba a ambos en aquel escenario digno de una película, ver a Alec así con el cielo vestido con el atardecer era de ensueño.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunté— Me dejaste solo todo el día —me quejé por lo bajo.

—Lo siento por eso —se disculpó—, quería darte una sorpresa.

—¿Cuál es la sorpresa? —pregunte curioso.

Tardo un rato en responder, se tomó su tiempo para tomar mis manos y acercarme más a él, para este punto mis nervios estaban a flor de piel y miles de ideas pasaban por mi cabeza, una más loca que la anterior y fue así hasta que finalmente hablo, poniéndole fin a las locuras que maquinaba mi cabeza.

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