3. Despertar.

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Noah.

Aquel día estaba grabado en mi memoria, seguía siendo una pesadilla la cual quería olvidar por completo, ya había pasado una semana desde entonces.

El accidente fue más grave de lo que pensamos, Alec llego con varios golpes no solo en su cuerpo, también había recibido un golpe bastante fuerte en la cabeza, llego al hospital a eso de las siete de la noche y lo tuvieron por al menos un día entero en el área de Emergencias.

Sus padres llegaron esa misma noche, no pude explicar lo que había sucedido porque al parecer tuve un colapso en medio de la calle, los chicos que estaban conmigo me ayudaron a llegar al hospital donde se quedaron hasta que desperté una hora y media después.

Mis padres estaban desesperados por que no había noticias de Alec y además de eso, se enteraron de mi colapso, ellos insistían en que regresara a casa con ellos, pero no estaba dispuesto a irme sin esperar a que Alec despertara, se suponía que debía despertar en estas últimas horas, según los doctores necesitaba descansar muy bien por lo que era más recomendable proporcionarle sedantes por el dolor.

—Noah, cariño, ve a casa —dijo la madre de Alec.

—No quiero irme —dije—, no podría irme sin él.

Ella hizo una mueca y se sentó a mi lado, en silencio, en los últimos días ellos se han convertido en las únicas personas que me entienden, aunque sé que su dolor y desesperación es aún más grande que la mía.

Alec era mi pareja, pero, para ellos era su hijo y sabía que eso no se podía comparar en lo más mínimo.

—Noah.

Levanté la mirada y vi a la pequeña Jessie acercarse a mí, rodeo mi cuello en un abrazo el cual correspondí, la alce para sentarla en mis piernas y así poder hablar con ella.

—¿Estabas llorando? —preguntó tocando mis mejillas.

—Un poco —respondí.

—¿Es por Ale?

Negué sonriendo, aunque las ganas de llorar volvieron, sabía que la pequeña de seis años no iba a comprender de toda la situación.

—¿Sabes cuando despertara Ale? —pregunto de pronto—. Ya ha dormido demasiado, ¿no crees?

—Va a despertar pronto, Alec solo esta algo cansado —trate de explicar—, además está soñando con princesas tan lindas como tú.

—¿También sueña con un príncipe azul, como tú?

Me quedé en silencio por un rato, analizando sus palabras, recordé la primera vez que Jessie preguntó por qué Alec salía con un príncipe y no con una princesa, a lo que sus padres explicaron que a veces, los príncipes no buscan a su princesa.

—Espero que sí.

—Jessie, deja a Noah descansar —dijo su padre llegando a la sala de espera—, ven, vamos a la cafetería por algo se comer.

Jessie se bajó de mis piernas y corrió hasta donde estaba su padre, por mi parte me acomodé en la silla y cerré mis ojos un rato tratando de al menos descansar un poco.

—Noah, cariño.

Sentí un movimiento ligero y abrí mis ojos pesadamente, era Lilia la madre de Alec.

—Ve a casa a descansar —volvió a insistir—, al menos por esta noche, si Alec despierta te llamare de inmediato.

Esta vez no me negué a hacerlo, me puse de pie y me dispuse a despedirme de su padre, puesto que Lilia y Jessie debían regresar a casa y se ofrecieron a llevarme a mi departamento.

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