37. Déjame amarte

62 6 0
                                    

Alec.

Termine de abotonar mi camisa y con eso tome la corbata mis manos y salí de la habitación, sabía cómo hacer un nudo de corbata, pero últimamente estaba demasiado necesitado de atención así que busqué a Noah para que me ayudara con ello.

—¿Amor? —le llamé desde el pasillo.

Algo más que también se había convertido en una necesidad, era llamarlo Amor, era algo indescriptible y a decir verdad amaba cuando se lo decía frente a frente y sus mejillas tomaban un leve color rosa.

—Estoy aquí —su voz se escuchaba en la otra habitación.

—¿Qué haces aquí? —pregunté entrando.

—Estaba vistiéndome, acabo de salir de la ducha —dijo sonriendo—, no quería interrumpir tu momento de admiración en el espejo.

—¿Viste eso? —pregunté apenado.

Asintió mientras sonreía divertido, hace al menos diez minutos, solamente me había puesto los pantalones y los calcetines, pero como cualquier hombre haría frente a un espejo, pose frente a este resaltando mis músculos superiores.

Supuse que Noah estaba duchándose por lo que no me pare a pensar demasiado y tuve mi momento de admiración frente al espejo, claro que no tomé en cuenta que Noah me había visto de aquella manera, negué divertido por la situación porque realmente me había visto ridículo, pero parecía que eso le gustaba a él.

—La próxima vez, en lugar de modelar frente al espejo, hazlo para mi —ofreció—, pero con menos ropa.

—¿Estás seguro que quieres ir a esa aburrida gala? —pregunté— Hace mucho calor este día, podemos quedarnos en casa y no usar ropa. —Propuse como si fuera lo más común.

—Tentador, pero debo presentarme —rechazo mi propuesta.

Insistí durante un par de minutos, pero finalmente me di por vencido porque sabía que era cierto lo que decía, faltar a aquella gala probablemente le traería algunos problemas y no quería eso, luego idearía algo para salir antes y aprovechar el resto de la noche.

—De acuerdo, pero ayúdame con la corbata —pedí luego de rendirme.

Le extendí esta misma la cual tomo mientras negaba divertido, sabía que yo podía hacerlo solo y que solo estaba llamando su atención, se acercó y rodeo mi cuello con sus manos para colocarla, tomé su distracción para llevar mis manos a su cintura y acercarlo más a mí.

—No abuses —amenazó sonriendo.

—No estas lo suficientemente cerca para hacer un buen nudo —dije haciéndome el desentendido.

No dijo nada más y presto toda su atención a sus movimientos, no tardo mucho cuando finalmente la ajusto a mi cuello y sonrió satisfecho.

—Bien, ya está.

Sin embargo, aunque ya había terminado de anudar mi corbata no lo dejé ir, si era sincero, amaba verlo vestido de aquella manera, su delgada figura se veía tan atrayente con aquellas prendas, era un chico alto, pero aun así debía agachar un poco mi cabeza para poder mirarlo adecuadamente.

—¿Te he dicho lo guapo que te ves hoy? —pregunté por lo bajo.

—Muchas veces —respondió.

—Pues aquí va otra, te vez muy guapo.

—No tanto como tú.

—Eso podemos negociarlo.

Terminamos de arreglarnos y cuando finalmente estuvimos listos, salimos del departamento hacia el museo, el camino fue agradable ya que Noah me habló acerca de lo que hacía en su empleo, siendo sincero amaba escucharlo, aunque no entendiera la mitad de las cosas que salían de su boca, pero sabía que era lo mismo que él sentía cuando yo hablaba sobre mi profesión.

Why Not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora