Noah.
A la mañana siguiente desperté con dolor en mi espalda, me había quedado dormido en el sofá de la sala de estar luego de cenar y quedarme viendo la película un rato, era un alivio aún tener programada una alarma, si no me habría quedado toda la mañana dormido en el sofá y el dolor sería aún más insoportable.
Cuando terminé de despertar, me dirigí hacia el baño para lavar mis dientes, mi rostro y hacer mis necesidades, no fue hasta que terminé de hacer aquello que revisé mi móvil y vi que tenía tres llamadas perdidas por parte de Alec, unos quince mensajes y también tenía una llamada de mis padres desde sus números personales y desde el teléfono de casa, sabía que Alec podía esperar así que llamé a mis padres sin pararme a revisar los mensajes que tenía de este.
—Dios, hasta que te dignas a contestar —dijo mamá una vez respondí la llamada—, ¿te sucedió algo anoche o tenías el móvil en silencio? —preguntó.
—Me quedé dormido.
—Ya hablaste con Alec, ¿cierto?
—¿Por qué? ¿Sucedió algo malo? —pregunte confundido por su suposición.
—Oh, aun no lo sabes —dijo con tono preocupado—, llámalo seguramente querrá hablar contigo, mejor que sea él quien te cuente todo.
Con eso finalizó la llamada dejándome con miles de dudas en la cabeza, el mismo mal presentimiento de hace cuatro años se instaló en mi pecho, mis manos temblaron mientras buscaba el número de Alec y presionaba el botón para llamar, mi respiración de agitó amenazando a convertirse en un ataque de pánico, pero me obligue a mí mismo a no colapsar sin antes no saber que estaba pasando.
—¿Noah?
Mi respiración se cortó al escuchar su voz, cerré los ojos mentalizándome que debía ser fuerte sin importar cual fuera la situación.
—¿A-Alec? —mi voz tembló y tuve que aclarar mi garganta para que mi titubeo no se hiciera notorio— ¿Estás bien?, ¿Qué sucedió?
—No pude hacerlo —susurró—, no p-pude salvarlo.
Al otro lado de la línea se escuchó un sollozo que hizo que mi corazón se rompiera, se escuchaba su llanto silencioso y los pocos sollozos que probablemente no lograba ocultar.
—Alec, cariño —le llame de manera tranquila—, necesito que me digas que paso, ¿Puedes hacerlo?
—Anoche... —un sollozo le interrumpió— anoche hubo un accidente en alguna carretera... llegaron unas cuantas personas lesionadas —cuando mencionó lo del accidente mi corazón se paralizó, pero me obligué a mantenerme firme por él—, ha-había un niño en graves condiciones, yo no pude...
—Shhh, está bien amor, todo está bien —trate de tranquilizarlo cuando el llanto se hizo presente.
—Intenté salvarlo, pero no pude —estas últimas palabras fueron casi inaudibles—, yo no pude —volvió a susurrar.
—Amor... —no sabía que decir, ni siquiera me había dado cuenta que le estaba llamando de aquella manera hasta ahora— Alec, todo estará bien, ¿de acuerdo?
—No me gusta —murmuró.
—¿Qué no te gusta? —pregunte preocupado.
—Qué me llames Alec.
Me quedé en silencio en ese momento casi suelto un grito de emoción, pero me obligué a contenerlo porque sabía que no era el momento.
—¿Puedo ir contigo? —preguntó.
—¿Ir a dónde? —pregunte confundido.
—A California, no quiero estar aquí —susurro—, no quiero estar solo justo ahora.
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Why Not?
Ficção AdolescenteUna pareja, un accidente, miles de recuerdos perdidos, cuatro años de recuperación y un corazón en el olvido. El amor lo vence todo, ¿incluso el tiempo y los recuerdos perdidos? vale la pena volver a amar y volver a enamorarse, ¿arriesgarse? ¿por qu...