33. Uno de los dos era feliz.

77 7 0
                                    

Alec.

Ya habían pasado unos cuantos días, tenía todo listo para mi sorpresa, el lugar donde se llevaría a cabo, también tenía mi pasaje de avión y las opciones que le mostraría a Noah de los departamentos si él decía que si, ahora, solo faltaba una cosa y era viajar hacia California para hablar con los padres de Noah y finalmente reunirme con él.

La parte que más me ponía nervioso era esta última, por que a pesar de que hablábamos de vez en cuando, él seguía sin saber que ya era capaz de recordarlo y siempre me ponía nervioso por no saber como actuar, al menos hablar por mensajes era más sencillo que tener una llamada como estaba sucediendo ahora mismo.

—¿No tienes que trabajar? —preguntó.

—Tengo el turno de la mañana —mentí—, salí del hospital hace un par de horas en realidad —esa parte no era mentira—, ¿Qué hay de ti?

—Es mi día libre —dijo simple—, tuve que negociar con un compañero para descansar el día de hoy.

—¿A sí, y eso por que? —pregunté confundido.

—Tenia unas cosas que hacer —dijo restándole importancia—, ya sabes, como ir al banco, hacer las compras y esas cosas.

—Oh, ¿estoy retrasándote?

Negó alegando que ya había hecho todo por la mañana, por lo que eso hizo que me hiciera dudar un poco, pero finalmente deje todo eso atrás y seguí con nuestra conversación, me gustaba escuchar a Noah más animado luego de unos días, su voz incluso sonaba diferente a cuando habla con él hace varios días.

Hablamos de cosas variadas, fue así hasta que tuve que finalizar la llamada porque debía llamar a mis padres, ellos también viajarían conmigo a California, seria así por dos razones, la primera era porque necesitaba la ayuda de mamá para decorar el lugar, Jessie quería viajar con mamá y papá tenia que estar presente cuando hablara con los padres de Noah.

—Mamá, ¿conseguiste lo que te pedí? —pregunté cuando respondió mi llamada.

—Si, todo esta listo —dijo ella—, tú padre y yo nos iremos mañana, ¿Cuándo te vas tú?

—Dentro de dos días, mañana debo ir a la joyería —explique brevemente—, luego de eso me iré.

—Okey, ¿Quieres que haga algo más?

—No, no es necesario ya tengo todo cubierto.

No hablamos mucho más, si era completamente sincero estaba bastante nervioso por lo que iba a suceder, eran demasiadas emociones juntas y eso me hacía sentir extraño, por una parte estaba emocionado por decirle a Noah que finalmente podía recordar, por otra parte, estaba asustado porque no sabía si iba a aceptar mi propuesta, estaba un poco triste por que no sabía que era lo que Noah ha tenido que ocultar durante tantos años, no sabía cuánto peso llevaba cargando en sus hombros todo este tiempo, ni cuánto tiempo tuvo que hacerlo solo.

Tenía muchas emociones encontradas, pero las dejaba de lado solamente por una razón, Noah, él se había convertido en todas mis razones, en todo mi mundo y mi vida entera, no hay otra persona a quien quiera junto a mi que no sea él.

Para mi estar con Noah, era como tocar las estrellas con mis propias manos, era como si todo dejara de existir en un solo segundo y aunque sus ojos no eran azules, el universo entero estaba escondido en el verde de sus ojos, amaba la manera en como podían pasar de ser un tono claro a uno oscuro con facilidad, ya sea por como se sentía o por el color de su ropa, ante mis ojos era la persona perfecta, con sus fallos, con sus virtudes, con sus miedos y con sus sueños, era perfecto.

[...]

Me levante muy temprano por la mañana, mis maletas estaban en la sala de estar, ayer por la tarde había ido a la joyería por ambos anillos, al final había decidido agregar algo más al grabado que tenían en su interior, lo cual, terminaba de hacer todo perfecto.

Why Not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora