Noah.
Los días pasaron realmente rápido, si hace unos meses me hubieran dicho que terminaría viviendo con Alec y no solo eso, siendo pareja una vez más, me habría echado a llorar seguramente, pero también me hubiera reído de semejante locura.
Para el Noah de hace unos años e incluso para el de hace unos meses esto era algo irreal, algo que solamente era posible en las mil y una noche que se quedaba hasta tarde soñando despierto, en todos esos días en los que solo veía por una ventana imaginando una vida llena de ilusiones, pero ahora realmente estaba sucediendo y aún no podía creerlo del todo.
—¿A qué horas es tu turno? —pregunté luego de vestirme.
—Por la tarde, me iré luego del almuerzo —respondió desde la cama—, vendré a medianoche, seguramente.
—Ten mucho cuidado, ¿de acuerdo?
—Lo tendré —aseguro—, no tienes de que preocuparte.
—Bien, tengo que irme ahora —informe—, yo vendré por la tarde, lo más seguro es que no pueda verte antes de irte —dije haciendo un pequeño puchero— así que ten un buen día, ¿sí?
Estaba por salir de la habitación listo para ir a trabajar, sin embargo, la voz de Alec me tuvo antes de tomar el tomo de la puerta.
—¿No olvidas algo? —preguntó poniéndose de pie.
—Tengo todo en mi mochila —respondí confundido.
—Te diré lo que olvidas —informó antes de atraerme hacia él—, te amo.
Le di un escaso beso en los labios antes de sonreír, podía decir libremente que cada día estaba más enamorado de él, estaba tan feliz de estar a su lado.
—Yo también te amo —dije.
Luego de eso me dejo ir, salí del departamento luego de tomar mi juego de llaves y despedirme una vez más, alegando que le enviaría un mensaje antes de entrar al museo.
Ya había pasado un mes y medio desde que Alec se presentó a mi puerta, muchas cosas habían cambiado en esos días, por ejemplo, Alec había empezado nuevamente con sus últimas prácticas en el hospital general, según sus palabras, había hablado con su antiguo jefe y este hablo muy bien de Alec para que aceptaran su traslado.
Ahora nuestra convivencia era más ligera, nos acostumbramos rápido el uno al otro, cosa que al principio me tenía bastante preocupado ya que nunca vivimos juntos en el pasado, pero todo marchaban bien, las cosas finalmente estaban resultando y eso me mantenía en un estado de felicidad constante.
En cuanto a mí, ahora podía decir que estaba mejorando, las citas con mi psicóloga marchaban de maravilla y ahora tenía la seguridad de decir que algo no estaba bien conmigo, pero que poco a poco todo eso estaba desapareciendo, podía contar mis problemas sin tener miedo a sentirme juzgado, además de que Alec era un gran apoyo para mí.
En cuanto al tema del matrimonio, aún no habíamos tocado el tema, por mi parte porque aún no me sentía listo para dar aquel paso, aunque no iba a negar que si quisiera darlo en algún momento, en cuando a Alec, sabía que él no tocaba aquel tema por respeto a mi decisión, ser pareja fue una decisión un tanto riesgosa, pero había resultado bien, mientras que no estábamos seguros de si casarnos resultaría igual de bien.
—¿Noah, tienes un minuto? —entró Katty a mi oficina.
—¿Si, que sucede? —pregunté.
—Bueno, quería saber si ya te hicieron llegar todo mi trabajo.
—Oh, si, lo recibí ayer antes de irme a casa —informe—, gracias por tener todo en orden, puedo encargarme de lo demás sin problema.
Otra noticia era que Katty había renunciado a su empleo, no sabía a ciencia cierta cuál era la razón, pero según ella, era porque quería intentar algo nuevo, algo más aventurero e iba a irse a otro país a una expedición arqueológica.
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Why Not?
Teen FictionUna pareja, un accidente, miles de recuerdos perdidos, cuatro años de recuperación y un corazón en el olvido. El amor lo vence todo, ¿incluso el tiempo y los recuerdos perdidos? vale la pena volver a amar y volver a enamorarse, ¿arriesgarse? ¿por qu...