46. Una bola de pelos.

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Noah.

Tome una bocanada de aire mientras intentaba regular mi respiración, Alec por su parte se dejó caer a mi lado también con la respiración agitada.

—Eso fue...

—Increíble —termine por él.

—Estamos mejorando en esto de tener sexo —soltó sonriendo.

—Disfrútalo tu —intente quejarme—, no eres a quien le duele el trasero luego.

—Oh, ¿es así? —preguntó con todo insinuante— No recuerdo que te quejaras hace unos minutos —contraataco—, solo recuerdo como decías "por favor Alec, más, más rápido" —se burló mientras imitaba mi voz.

Tome una almohada para golpearlo, aquella acción hizo que Alec soltará una carcajada, bufe y me puse de pie para ir hacia el baño para tomar una ducha.

—¿A dónde vas? —preguntó Alec.

—A ducharme, ¿Quieres venir conmigo?

—No tienes que preguntarlo dos veces.

Ambos fuimos hasta el cuarto de baño, regulamos el agua a una buena temperatura y luego nos metimos bajo la regadera de la ducha, ambos nos aseamos rápidamente ya que el cansancio estaba ganando, unos minutos más tarde estábamos de nuevo en la cama, esta vez con ambos vestidos como ya era costumbre dispuestos a dormir.

—Buenas noches —dije ya casi dormido.

—Buenas noches, Plutón.

[...]

Alec y yo salimos del departamento luego del desayuno, este era nuestro día libre, después de muchos días al fin coincidíamos en nuestro día libre y por esa razón habíamos aprovechado para salir juntos, nos esperaba un día bastante largo.

Primero, mientras desayunábamos habíamos comprado nuestros boletos para viajar en navidad, recibiríamos el año nuevo en Londres, cosa que habíamos tardado mucho en decidir, pero finalmente terminamos eligiendo Londres como nuestro destino.

—¿A qué hora es nuestra cita para los trajes? —preguntó Alec.

—A las tres —respondí mientras miraba mi móvil—, pero debemos vernos con la planeadora antes.

—De acuerdo, ¿Dónde nos encontraremos con ella?

—Llegará al lugar donde vamos a probarnos el traje.

Luego de eso cambiamos el tema de conversación, a pesar de que aún faltaban muchos meses para la boda, faltaba un año en realidad, habíamos decidido empezar con pequeños detalles, primero que nada, queríamos ver cuantas opciones teníamos y también pedimos ayuda con una planeadora de eventos, quien iba a ayudarnos con todo lo que teníamos en mente.

Ahora mismo íbamos de camino a casa de mis padres, ellos como ya era costumbre, se irían a un viaje todo el fin de semana, el último que realizaban durante el año y nosotros íbamos a despedirnos de ellos justo ahora.

—¡Detente! —grite haciendo que Ale frenará de repente.

—¡¿Por qué gritas así?! —preguntó molesto.

Me deshice del cinturón de seguridad y salí del auto rápidamente, justo frente al auto había una pequeña caja de cartón, por un momento pensé que mi vista me había jugado una mala pasada, hasta que finalmente vi a la pequeña bola de pelos color gris moverse asustada.

—¿Por qué sales así del auto? —preguntó Alec cerrando la puerta molesta— Pude chocar con alguien u ocasionar algún accidente.

Sabía perfectamente que estuvo mal, pero mis sentimientos tomaron el control de la situación en ese preciso momento.

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