14. Búsqueda Implacable

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Noah.

En los últimos tres días, Dylan y yo habíamos recorrido la mayor parte de Barcelona, era la segunda vez que Dylan iba a estos lugares, pero aun así me llevo a todos ellos.

—¿Cuánto tiempo piensas quedarte?

—Apenas llevo cuatro días aquí y ya quieres que me vaya —me queje.

—Oye, solo quiero saber, no seas tan dramático —dijo poniendo los ojos en blanco.

—No lo sé —respondí—, hablando de eso, me llevas a un lugar —pedí.

—Claro, ¿A dónde?

—Necesito buscar un libro de medicina —mencione.

—¿Y desde cuando te interesa la medicina? —interrogó—, ¿ahora te harás médico?

—Yo...

—¿Vas a sanar los artículos antiguos que estudies?

—Es para Alec —solté.

—¡Lo sabía!

Centré mi mirada en el café que estaba frente a mí, apreté los labios al sentir la mirada juzgadora de Dylan sobre mí.

—¿Estás seguro de lo que haces?

—Si, no tendré más contacto con él —asegure.

—No tienes por qué explicarme nada, solamente soy tu amigo.

—Lo sé, pero solo quiero que lo sepas, así al menos puedo cumplir lo que digo.

Terminamos nuestros cafés, cuando hacíamos este tipo de cosas no podía evitar imaginarnos como dos chismosos, dos personas que empiezan a criticar la vida de cualquiera que va pasando.

—Bien, ¿A dónde vamos primero? —pregunto una vez salimos del café.

—No lo sé —respondí sonriendo.

—Buscaremos una librería y preguntaremos por el libro.

Emprendimos la búsqueda de cualquier librería, aunque fue un poco difícil encontrar una, ninguno de los dos teníamos sentido de la orientación cuando utilizábamos Google Maps.

Entramos a la librería y Dylan pregunto por el libro en su edición en inglés, sin embargo no lo tenían ni en la edición en español.

—Supongo que será más difícil de lo que imaginamos —me desanime.

—Venga, probablemente tengamos más suerte en la próxima, aún tenemos mucho tiempo.

En eso tenía razón, aún era temprano y podíamos buscar el libro sin preocupaciones, y, si no lo encontrábamos podíamos regresar mañana y continuar con la búsqueda, al fin y al cabo, aún no pensaba irme a casa.

La siguiente librería me dio más esperanzas, tenía muchos libros que parecían ser de medicina. Estaba escuchando la conversación que mi amigo mantenía con el otro chico en la librería, hasta que finalmente este se volteó y dijo algo.

Gracias por la ayuda.

Negó mientras caminaba hacia la salida y me indicaba que le siguiera.

Muchas gracias —dije antes de salir.

Le regale una sonrisa al chico antes de salir por completo de la tienda, estaba empezando a perder las esperanzas a pesar de solamente haber visitado dos lugares.

—El chico me dijo donde podíamos encontrar el libro —comento—, sin embargo, creo que el lugar está a punto de cerrar.

—¿Podemos ir de todas formas?

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