Parte 1.
Alec.
Aquel tan deseado fin de semana había llegado, el sábado por la mañana desperté junto con Noah y le prepare el desayuno mientras él se daba una ducha, pasaría la mañana solo ya que él debía ir a trabajar, pero luego de eso disfrutaríamos de nuestro fin de semana de la mejor manera posible.
—¿Quieres que vaya por ti cuando tu turno termine? —pregunté.
—No es necesario, quiero cambiarme de ropa antes de salir —negó tranquilamente.
—De acuerdo, entonces llámame cuando estés de camino, así puedo tomar una ducha y vestirme —pedí.
—O puedes esperarme y tomamos una ducha juntos —propuso cuando se puso de pie y fue hasta la cocina.
—Espera no solo digas eso así.
Le seguí hasta la cocina, lo abracé por la espalda y Noah giro hasta quedar frente a mí, tenía una sonrisa divertida en su rostro y eso me indicó que estaba disfrutando de la situación.
—¿Qué pasa? —preguntó fingiendo inocencia— ¿Te emociona darnos una ducha juntos?
—Sabes muy bien que si —respondí.
—Debes soportar un par de horas y luego podemos tomar una ducha bastante larga —insinuó.
—Estás jugando con fuego Noah Spencer —advertí en voz baja—, ¿Estás dispuesto a quemarte?
—Por ti viajaría al mismísimo infierno si eso significa estar a tu lado —respondió.
Me mostró una sonrisa que jamás había visto y antes de poder decir hacer algo, me tomó por el cuello hasta juntar nuestros labios en un beso desesperado.
—Tú eres el jodido infierno —dije en medio del beso.
—Cállate —protesto.
Al igual que noches atrás, la cocina fue la única testigo de lo que sucedió en ese momento, en las paredes quedaron atrapados todas las imágenes y ruidos que provenían de ambos y finalmente, luego de que Noah tomara otra ducha y se vistiera de nuevo, salió veinte minutos tarde de casa para ir a trabajar.
Una vez solo, fui a tomar una ducha rápida para deshacerme de todo el sudor que cubría mi cuerpo, luego de eso me dedique a limpiar y ordenar el departamento ya que no habíamos hecho nada en toda la semana, teníamos prendas sucias que metí en la lavadora y mientras tanto, limpie toda la cocina y también el comedor.
Toda la mañana la pasé de esa manera, estaba tan inmerso en lo que hacía que no sentí el paso del tiempo, en menos de lo que imaginé ya era medio día y si no fuera por Noah quien me envió un mensaje diciendo que estaba saliendo del trabajo, no me habría dado cuenta de que la mañana se fue volando por completo.
[...]
—¿A dónde quieres ir primero? —pregunté— Reservé la sala de cine para la noche, así que tememos al menos tres o cuatro horas para hacer algo más.
—¿Quieres ir a comer algo? Aún no he almorzado —comentó.
—De acuerdo, vamos a comer —acepte—, ¿Por qué no comiste nada? —interrogue.
Me preocupaba cuando Noah no comía nada en tanto tiempo, habíamos desayunado muy temprano por la mañana y ya eran más o menos las tres de la tarde, no sabía como podía estar tan tranquilo sin nada de comida en su sistema.
—Oh, quería comer contigo —respondió simple—, pero he tomado café así que eso me mantuvo con energía toda la mañana.
—¿Cuántas tazas?

ESTÁS LEYENDO
Why Not?
Ficção AdolescenteUna pareja, un accidente, miles de recuerdos perdidos, cuatro años de recuperación y un corazón en el olvido. El amor lo vence todo, ¿incluso el tiempo y los recuerdos perdidos? vale la pena volver a amar y volver a enamorarse, ¿arriesgarse? ¿por qu...