Capítulo 23: A por el pez gordo

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En horas libre de clases, Deborah llevó en marcha la petición del Misterioso. A diferencia de los chicos, ella conocía un poco más de cerca al jugador estrella del equipo de Básquet. En su primer año de secundaria, muchas veces fue acosada por éste. Recibió múltiples insinuaciones e invitaciones, pero el desistir de Deborah en todas las ocasiones, colmó la paciencia y el afán insistente del joven un año mayor que ella. Jamás lo volvió a intentar, Deborah llegó hasta creer que la detestaba.



-¡Hola, Chase! -saludó Deborah de manera intrínseca, al joven de su derecha en el bar.



-¡Hola! -contestó él, levantando su mirada hacia Deborah.



Se veía confundido, no esperaba que ese saludo hubiera venido de parte de ella. Luego de tantos años, era la primera vez que lo hacía.



-Feo día -mencionó Deborah-. Hay nubes gigantescas y oscuras, creo que va a llover.



-Sí, ¿no? -Su rostro parecía sarcástico, al igual que el tono de su voz.



Deborah sintió que quemaba en su estómago tal sarcasmo. No obstante, se mostró aún linda.



-Tenía tiempo sin verte. -Tomó un gran sándwich.



-¡Ujum! -sonó a no me interesa lo que tengas que decir.



Deborah rodó sus ojos hacia un grupo de chicos que se encontraba ubicados en una mesa, ahí en el patio de comidas a poco metros de ella. Si sus recuerdos no la confundían, eran amigos de Chase, al menos, estaba segura de que uno de ellos lo era.



Se cansó de ser linda con él, y se marchó hacia aquel grupo, tras ella venía Chase, quien se vio más extrañado que antes.



-¡Hola, chicos! ¿Creen que pueda sentarme aquí con ustedes? -preguntó Deborah sentándose a la vez, antes de que ellos tomaran su petición.



Todos saludaron con gracia, en especial el que encontraba en su frente, quien quiso ganar puntos extras, entre el resto.



-Es un honor para mí que una dama tan hermosa nos acompañe -dijo el joven. Éste era al que Deborah reconoció como amigo de Chase.



Pidió su mano y Deborah se la cedió. Levantó su torso un poco de su asiento, plantó un suave beso sobre la aromatizada mano de Deborah. Logró sentir el olor a frutas que radiaba de ella. Por suerte, ella no le había cedido la que sostenía el gigantesco sándwich de jamón. Fue el único que se lanzó sobre ella, tal y como Deborah quería, coquetamente.



Chase garraspó. -¿Que te trae por aquí? -cuestionó.



-Nada en especial, me he quedado sin amigos -miró a una de las lejanas mesas de alrededor. En ella se encontraban Angela y Chris.



-¡Oh! ¿Y eso? -siguió interrogando Chase.



-Discrepancias. Pero la verdad, es que ya me aburrí de andar con esos tontos.



-Creí que eran un trío inseparable.



-Lo mismo creí, pero ya vez. -Deborah exhaló mientras tomaba una uva del plato muchacho, quien besó antes su mano, Matthew.



Estaba sucediendo eso, sus miradas parecían decir que se devorarían sobre la mesa.



-Llevan años siendo mejores amigos, y se dejaron de hablar solo por una discrepancia. -Chase no se convenció.



-No fue solo una discrepancia, fueron muchas cosas que no valen la pena mencionar. -Deborah continuó enlazando su mirada a Matthew-. Mejor conseguir una amistad en una fortaleza de chicos atléticos y apuestos -comentó con dulzura.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora