Capítulo 26: En territorio enemigo

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Deborah recibió una llamada de Matthew Mongotmery, la tarde de un sábado, como una invitación personal para pasar el rato con unos amigos por la noche: bebidas, mucha música, y el poder de incumplir las reglas. Ella no parecía tan interesada al respecto, pero Chris y Angela estuvieron ahí para hacerla entrar en razón.



-No sé si ir, sabes. -Fue la primera respuesta de Deborah ante la invitación.



-¿Pero por qué? -cuestionó Matthew entre berrinches-. Será divertido, además, así tu y yo tendríamos esa charla pendiente que me debes desde hace ya mucho -sugirió.



Desde la vez que Deborah le regaló su número, estos dos solo habían tenido un par de mensajes de texto y un par de llamadas. Por un tiempo pareció que todo había acabado, luego de que no tuvieron contacto alguno. A Deborah se le hacía muy difícil establecer ese contacto, desde que ella y John empezaron su noviazgo, existía la suerte de que ellos no eran de los que andaban enganchados de mano, y besuqueándose por todo el colegio, porque así todos lo sabrían ya. Todos sabrían que Deborah Santini estaba en una relación amorosa.



Había estado poniendo peros a Matthew para no salir con él, sin hacerse ver como una malvada, hasta verse en el colegio le hizo imposible que sucediera. El chico pareció tirar la toalla, pero justo en ese instante que llamó, parecía que estaría dispuesto a seguir intentándolo por una última vez.



-Dile que sí -susurró Chris-. Pero indaga más sobre quienes estarán y dónde.



-¿Dónde será la reunión? -inquirió Deborah tal y como Chris le dijo.



-Será en casa de Chase. Irán algunos amigos del equipo, y unos que otros del colegio, eso sí, todos son de tercero, tu vendrías siendo la única de segundo -mencionó en un tono que buscaba impresionar.



-¡Oh! Chicos de último año, suena divertido. -Fue muy sarcástica la emoción en Deborah, que, si Matthew hubiera visto su rostro, sabría qué era lo que Deborah pensaba en realidad.



-¿Entonces, te aminas?



-No lo sé, podría, pero con una condición.



-Lo que tu desees. -Complacedora se escuchó la voz de Matthew.



-Recuerdas a mis amigos los tontos con los que había discutido. Volvimos a hablarnos.



Chris la interrumpió haciendo señales con sus manos, para que desistiera de hacer lo que pensaba. Ni él, ni Angela querían asistir a esa tonta reunión.



-Claro que los recuerdos. ¿Qué sucede con eso?



-Me preguntaba si ellos también podrían asistir. Me sentiré mejor con más rostros conocidos a mi lado.



-Sería perfecto que ellos vinieran también. ¿Estaría bien si paso a recogerte? -La modestia en Matthew estaba de más.



-Puedes, sí. Pero tendrías que pasar a recogernos a todos. -Deborah le advirtió.



-¡Bien! ¡Bien! No hay problema, no vemos en la noche.



Chris renegaba la hazaña de Deborah, pero con una reflexión sobre el ser unidos y cuidarse las espaldas, dejó de hacer tanto desestimo. Aunque su razón para no querer ir era más que entendible.



En casa, los chicos se preparaban con toda la artillería: moda, buen aspecto, fragancia, encanto. Alistaban sus espectaculares seres para envolver y cubrir sus verdaderas intenciones.



Matthew el caballero del momento, fue muy puntual. Siete de la noche estaba esperando por Deborah; siete y tres minutos pasó por Angela, siete y cinco por Chris. El chico babeaba, y se portaba tan modesto y lindo. Era un claro ejemplo del hipócrita que adopta a personajes de telenovelas, cuando busca llevarse una chica a la cama. Que ironías de la vida, que tanto Deborah como los chicos conocían tanto de esas tramas.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora