Capítulo 31: Desdichada impunidad

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-Chicas, debemos hablar. -Chris dirigió a Deborah y a Angela hacia a un lado del campus, dejando a Daniel metros más allá.



-¿Y ahora? -Angela preguntó precipitada en la preocupación.



-Daniel sabe gran parte de lo que está ocurriendo con el Misterioso -escupió Chris de golpe.



-¿Cómo? -Angela lo tomó del brazo y lo acercó hacia sí.



-¿Te volviste loco? -Deborah lo miró con recelo.



-No me miren así, que yo no le conté nada.



-Él tiene razón -apareció Daniel detrás-. Llevo un tiempo estudiando sus pasos, e incluso intervine su celular -confesó sin dar vueltas.



-¡Ahhh, no! El que se volvió loco es otro -rectificó Deborah con un desagradado sarcasmo.



-Chris te dejó libre de todo esto. Y ahora tú mismo te encargaste de cavar tu tumba -aseguró Angela con lástima.



-No creo que el Misterioso me mate, chicas. No atento contra ninguno de sus planes. -Se mostró Daniel con tranquilidad.



-¿Lo ves como diversión, cierto? -interrogó Angela, desagrada por su descaro.



-¡No! ¡Por supuesto que no! ¿Cómo se te ocurre pensar eso?



-Bien, ya que escogiste involucrarte, entonces mereces saber toda la verdad -Lo adentró Angela más hacia al rincón de la pared cercana-. Todo esto empezó un domingo, un día antes al primer día de clases, acababan las vacaciones de verano...



Minutos luego, todo fue aclarado para Daniel. Las miradas no mienten y si una decía la verdad, era la de él, que se ejemplificaba como la de alguien que acababa de recibir la peor noticia del mundo, o al menos una tan fuerte como para quedar atónito y a la vez ser de mente dura para no quebrarse.



-Podría bien no creerles -comentó Daniel exasperado-. Pero lo hago, Angela, aunque desconfíes de mi -afirmó respirando hondo.



-¡Perfecto! Al menos así sabrás que tengo los ojos puestos en ti. -Le refutó muy segura.



Las clases del día se terminaron por suspender. Daniel les pidió a los chicos que lo acompañaran a casa para explicarles como funcionaba lo de la intervención en los celulares, a través de hackeo.



En casa, éste tenía una pequeña maquina instalada a su laptop, que era la que mantenía la conexión a todo momento con las llamadas que Chris recibiera o hiciera. Les contó que el Misterioso los mantenía a ellos de igual forma, vigilados a través de las llamadas y de seguro conocía sus ubicaciones en tiempo real, a más de que toda la información nueva que tuvieran o que les fuera compartida a su celulares, muy probablemente él la recibía también. Así como sucedió con el video de Chris y Tom.



Daniel les mencionó también, que el hacker que se encargaba de hacerle los trabajos intentó en más de una ocasión rastrear las llamadas del Misterioso, pero en todos los casos le fue imposible. Una, cada llamada era de un número diferente y provenientes de celulares desechable -explicó-. Dos, porque muy probable estaban cifrado de extremo a extremo. El Misterioso parecía un Dios de la informática. Conocía muy bien su función y como manejarla a su antojo.



Exhaustivos de la situación, los chicos se dejaron caer en reposo, ambientados en el silencio de qué podría aún, esperarle a Daniel en las horas o días posteriores. Chris y las chicas estaban mucho más preocupados del tema, que él mismo. Temían por su pobre vida.



Daniel le hizo una pequeña seña desde la cocina a Chris.



-¿Qué sucede?



-Nada, solo que quería sentirte. -La enorme sonrisa en el rostro de Daniel era más que descriptiva de lo que sentía.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora