LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]

Capítulo 14: Juego de roles II

Para Angela el tiempo dentro de aquella sala, fue más corto que el de Deborah, pues todas las preguntas ya estaban hechas. Solo había que corroborar parte de la historia ya contada. No obstante, el oficial Benson tenía un as bajo la manga. Un recurso significativo que Angela no vio venir, y que tanto ella como los chicos no tenían ni idea de su existencia.

-¿Sabía usted que había cámaras de vigilancia cerca de la casa del joven Reed? -preguntó el Oficial.

-"El hombre está loco, o sólo es una ingeniosa trampa de su parte -pensó Angela.

No creía que eso pudiera ser posible. O más bien, se rehusaba a creerlo. Por un segundo su corazón dejó de bombear, y sintió ese exacto momento en el que se detuvo. Su rostro lo sintió tan tenso, y se vio envuelta en una electrizante corriente recorriendo su cuerpo, que exclamaba pánico.

-"Todo ha acabado, tu fin y el de tus amigos, es ahora" -escuchó rezumbar esa frase en su cabeza con la voz extorsionada del Misterioso.

Se calmó y reaccionó. -¿En serio? ¡Esa es una buena noticia! -Se contentó, en un rotundo cambio de emociones.

-Era, una buena noticia -mencionó el Policía, desalentado.

-¿Era?

-Irónicamente -sonrió impotente-. Las cintas fueron borradas. No hay absolutamente nada, tanto de antes de las ocho de la noche, ni después de las doce.

El alma de Angela se restauró a su cuerpo. -¡Gracias al cielo! -gritó en su cabeza-. ¡Infelices! -exclamó ante el policía-. Quienes hayan hecho esto, tienen que encontrarlos y hacerlos pagar -resaltó y lloró...

Dentro, después de Angela haber tenido su espectáculo de minutos, en el que se lució con excelencia, pareciendo la novia más dolida de todas. Primero por haber sido engañada, humillada, expuesto al ridículo. Y luego porque declaró sentirse culpable, con el deceso de su exnovio.

El hecho de haberle deseado la muerte a Santiago, la hacía decir que el destino le estaba pagando con mal. Habló de superstición, y cómo el maldecir a una persona, podría conectar en las tragedias futuras y desgracias hacia la misma. Planteó temas del perdón, y que, por la noche de ese preciso día, tenía pensado preparar una velada romántica para ella y su ahora difunto, exnovio. Sólo que ya era muy tarde.

El personaje al que adoptó Angela, lo llamó "la rubia tonta". Ya que en todo momento fue una actriz de drama al igual que Deborah.

Chris al final, lo que hizo fue dejar más que claro que ellos eran inocentes. Con las imágenes de como encontraron el cadáver de Santiago, éste se destrozó. Desde que entró a la sala, parecía que ya iba a llorar, antes de que el oficial dijera una sola palabra. Cuando el policía mencionó la muerte de Santiago, le recordó lo sucedido, lloró de nuevo, pero aún más trágico.

En cada segundo tomaron una pausa, porque Chris no podía continuar. El oficial Benson tuvo que adelantarse a los hechos del interrogatorio. Ya no soportaba su voz muerta de pavor, ni sus lloriqueo de magdalena. Se volvió un interrogatorio tan tedioso para él. Chris tomó su mejor carta en el juego de roles, el ser subestimado. Nadie creería que un gay tan amanerado sería un cómplice de tal homicidio. Según los estándares homosexuales, para la sociedad, un joven como Chris, era nulo en el papel de la rudeza y la mano firme. Casi incapaz de ser un asesino a sangre fría, muy débil para golpear, mucho más para golpear hasta matar.

Su tarea en el acto por el que era interrogado, lo minimizaban en conocer la verdad, y guardar el secreto del verdadero posible homicida. Que, con la presión del Oficial, soltaría cada detalle del homicidio, en caso de que fueran culpables. Hasta el mismo Benson, tuvo su momento de brillar en la actuación ante Chris. La cara de pocos amigos, y de que era un villano entre el resto de los policías, ya la tenía. Cada facción que ya resaltaba en él, de por sí las transformó con más intensidad. Engendraba terror y el hecho de hacerlo sentir a Chris, como un pequeño ratón frente una boa hambrienta.