Capítulo 36: Sin un cadáver no hay homicidio I

28 7 0
                                    

La noche de la muerte de Chase Benson, después de haberlo pensado durante un cierto tiempo, y ya con la cabeza más fría, lo chicos escogieron una opción: guardar silencio. Pero como el cuerpo sin vida de Chase, a diferencia de con Dave, se encontraba tirado en la refinada sala de casa de los Santini, no había ni una mínima oportunidad de solo abandonarlo y ya. Había que preparar todo un plan sobre qué hacer con su cadáver.

—Desaparecer su cuerpo no es una mala idea —propuso Chris en un principio, como una solución muy descabellada.

Ninguno de los chicos quiso tomarla de momento como una posibilidad siquiera. Aunque por más nefaria que sonara, era una opción acreditada. A como transcurrían los minutos, la idea planteada por Chris tomaba una matiz de salida excelsa; se volvía una opción de contraste límpido, a la percepción de la realidad del momento: callar o caer. Adoptando al final, una forma completa y casi óptima de solución, una única solución. Todos tomaron al final la resiliencia.

—A veces, solo a veces… lo mejor es callar —dijo Angela tomando la mano de Chris.

Deborah se acercó hacia los chicos, y mencionó: —Ya una vez, tomamos una opción bastante similar, y miren hasta donde nos ha traído —concienció por un momento—. Callar por protegerse y proteger, ¿eso es lo único que debe importarnos no? —preguntó ante el silencio—. Independiente de lo que sea y de lo que nos espera, no hay mucho que podamos hacer —se unió a ellos tomando sus manos.

—Está  bien —sonó la voz de Daniel en tono muy cabizbajo—. Yo escogí creer en ustedes, por incredulidad quizás, o en parte por amor —explicó—. Pero lo hice, y ahora lo único que puedo ver, es a un grupo de adolescentes víctimas de un destino tan cruel —colocó su mano junto a la del resto, como si fueran a dar un grito de guerra—. Voy con ustedes hasta el final, porque inocentes no pagarán por algo que nadie deseó…

Desaparecer un cuerpo sonaba tan efímero y sencillo de pronunciar, pero todos sabían que era un inconmensurable trabajo, y con cada pequeño paso del tiempo, se sentía peor de lo que se creía. Carcomía el alma, producía arcadas sin convulsionar de un infesto accionar, desorbitaba la mente; pero ya habían escogido, y debían ser a toda costa, inmarcesibles. Chase era un humano sin humanidad, pero de una u otra forma, era una persona de carne y hueso, que se veía como todo ser.

Su rostro, ya se veía empalicado por toda la sangre que había perdido; durante todo el tiempo que estuvieron los chicos pensando que hacer con él, cada segundo contribuyó en el drenaje de su propia sangre. Su cuerpo, estaba tan frío como su mirada, y por alguna razón, cuando Chris junto a Daniel lo levantaron del suelo, envuelto en las sábanas blancas acolchadas de Deborah, el cadáver tenía un peso inesperado.

Angela, les abrió las puertas de la casa y les ayudó con la cajuela del auto de Chase. Los tres utilizaron en todo momento los guantes de látex que tomaron en casa del mismo. Les pasó unas medias nailon a los chicos, luego metió unas herramientas de cavar en los asientos trasero, los dejó marcharse y ella regresó adentro.

—Deborah, ¿crees que estarás bien? —preguntó Angela, mientras veía a John en el suelo encogido de piernas, frente a la chimenea como un niño asustado, balanceándose de atrás hacia adelante.

—¡Lo estaré! ¡Debo estarlo! —contestó Deborah.

Aceptó Angela con su cabeza. —¿Tienes todo lo necesario?

—Si, ¿y tú?

—También. Tengo la media, el gorro, estos guantes de casa de Chase, las grabaciones. Tengo todo —finalizó.

—Entonces ve, debes darte prisa —le indicó Deborah.

Angela fue por el auto de Daniel, entró a el y lo puso en marcha. En el trayecto se enalteció, recordaba los videos que no vieron antes de Chase, en los que al revisar, descubrieron a la persona que grabó los videos de violación del mismo Chase, a quien él llamaba “Peter Watson”, como el cantante de música Country de los 70’s. En ninguno de los videos se pudo ver su rostro, por lo que alguien más del que ellos no conocían, ni esperaron su existencia, se agregaba a la lista de culpables.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora