Capítulo 40: Héroes sin capa, ni poderes

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La mañana del lunes, el final de la cacería del Misterioso llegaba a su fin. Lo que habían estado rogando los chicos desde un principio, estaba por suceder. Tenían fe con que las pruebas del entrenador de Básquet, estuvieran ahí, exactamente en donde Matthew refirió que podrían estar.

De primera instancia, recibieron sus clases normal hasta la hora del receso. Las chicas sólo recurrieron a hablar con Chris, de la visita que le hicieron a Matthew, evadieron tratar con Daniel y John del tema, y sobre lo que pensaba hacer ante la situación. Cuadraron el momento indicado para obtener esas pruebas, pretendían hacerlo rápido y sin complicaciones.

Durante el receso se percataron de que la oficina de Manuel estuviera libre, justo cuando él salió de ella. En ese mismo pasillo, metros antes de dicha oficina, Chris se quedó para hacer una vigilancia mientras las chicas se introducían a fisgonear el lugar, con el truco cliché de la bincha para cabello. Servía para puertas no tan reforzadas.

Debajo del escritorio se encontraba un tapete color café oscuro, su color casi se hacía uno con la madera del suelo. Si había un escondite en la oficina, debía ser allí, o detrás del estante para libro con decenas de cantidades de ellos. Hasta los monstruos podrían ser tan cultos; o era esa una parte de su fachada al igual que su mismo oficio.

Angela buscó bajo el tapete, Deborah detrás del estante y entre los libros. Detrás del segundo no había nada, en el suelo tampoco parecía haber algo. Se equivocaron, Matthew se equivocó, o también les mintió como ellas a él. Angela volvió a buscar, esta vez, dando pequeños golpes entre los rectángulos de madera que se dividían en el piso. Uno de estos, hacía un sonido particular, sonaba vacío y con golpes más fuertes parecía moverse. Era ese el rectángulo falso. El mismo truco utilizado por Daniel en la habitación de Chase, había vuelto a funcionar.

Presionó Angela un extremo de ese falseado renglón, hizo que el otro lado se levantara. No sólo era el lugar perfecto para esconder algo preciado, sino que también era el lugar más apercibido para guardar el lado repugnante de tu ser. Nunca a nadie, ni a ellos, se les ocurriría que el entrenador podría guardar casetes de violación tras el tapete debajo del escritorio. Tal vez era un acto inteligente de su parte.

Eran tres casetes con nombres de chicas y una fecha. Muy parecidos a los de la sección especial de Chase Benson, donde solo él era parte de esos filmes, y eran los únicos casos de violación que se habían cometido en la red de pornografía. Los videos de Chase, nunca fueron comercializados hasta donde se sabía, nunca hubo un registro de ello. Y el entrenador, sólo era un fiel espectador deleitado con la escabrosa realidad de esos videos.

Llamó Angela a Chris. —Tenemos tres casetes, los cuales parecen ser de violación por la presentación que tienen estos, son iguales a los de Chase —dijo Angela.

—¿No hay forma de ver de su contenido? ¿Alguna cámara? —preguntó Chris.

Deborah rebuscó en el escritorio, que ningún cajón se encontraba bajo llave, y no había nada. Encontró un arma de fuego tipo revolver, la tomó un momento asombrada, era fría, algo pesada, causaba sobrecogimiento. La volvió a dejar en su lugar.

—No hay nada —declaró.

—¿Entonces nos arriesgamos a llamar a la policía? —inquirió Angela.

—No, mejor toma uno de los casetes, lo revisamos, y al final enviamos a los policía por los otros dos —ideó Chris—. ¡Diablos! Salgan de inmediato de ahí, el entrenador viene hacia acá —desesperó.

Manuel venía en el lado izquierdo del pasillo anterior al de su oficina. Chris estaba hacia un rincón en el comienzo del pasillo donde se ubicaba la oficina, con el celular al oído. Disimulando estar distraído, tropezó a propósito con el entrenador.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora