Viernes 28 de Diciembre por la mañana, Angela había despertado con la dulce monotonía de sentirse sola en casa. Su padre de regreso al lugar de dónde no debió venir; sus abuelos de vuelta a Waterbury; su Tía Veronica y su pretenciosa familia en a algún lugar de Massachusetts que no recordaba; el Tío George en su lindo Florida; y su madre, de vuelta en el trabajo como cada día en la locación de su estudio.
Cuando levantó de su cama todo le olía a rosas y veía arcoíris por cada rincón de la casa. Tenía un novio encantador y unos amigos únicos. Su vida adolescente volvía a sentirse como una vez lo fue, casi perfecta y muy pronto regresarían Deborah y Chris de sus viajes para pasar juntos el mejor Fin de Año de todos los tiempos. Un año donde estarían más seguros de cuanto se aman.
La mañana y tarde completa, Angela pasó junto Harry en casa de este. Vieron película, conversaron sobre cómo se habían sentido los días anteriores con respecto a lo de Navidad, hasta jugaron ajedrez. Angela tuvo que aprender lo principal y verse humillada cada segundo por Harry en el juego. Fue un día tan corriente de novios, lindo, agradable y empalagado de amor. A pesar de que habían ciertas espinas en Angela que a veces no la dejaban tranquila. Su reciente pasado tan fresco como su relación era inoportuno en cada momento.
De regreso a casa, Harry traía a Angela en el auto. Recién acababa de escurecer y la noche estaba mucho más algente que sus anteriores. El ampo de la nieve era más claro y la luna llena al final del año debía ser hermosa. La noche debía ser solo fúlgida, pero las hincadas constantes en Angela que se presentaron desde temprano, la hacían ver a ese residuo de 28 de Diciembre con una sensación contentible. Es que el día se sentía igual a la de la última noche en vida que disfrutó Chase Benson.
Despejó Angela su mente. -Mi madre quiere conocerte -declaró aún mirando a la luna a través del parabrisas.
-¿Qué? ¿Es broma? -Le pareció a Harry una noticia de no creer-. Llegué a pensar que me odiaba.
-¡No! Ella no podría odiarte sin conocerte...El Día de Navidad, Angela regresó tarde a su casa. Su madre esperaba por ella en la sala, estaba enojada por lo vociferado en el desayuno sobre su virginidad, no lo creyó prudente decirlo de tal manera. Del resto todo le pareció al final tan hilarante. Arremeter contra la abuela, el abuelo, Mark, Veronica y Michael, lo describió como algo que debió haber sucedido hace mucho tiempo atrás. Fue también para ella su mejor día. Para empezar con pie derecho el nuevo año que se aproximaba, Jenny decretó: -Quiero conocer a tu nuevo novio.
Angela le soltó una risa. Su madre la miró ofendida.
-¿Hablas en serio? -preguntó Angela a la vez.
-No sé, dímelo tú. ¿Qué tan real es ese muchacho?
-Muy real. Tan real como tu y yo hablando aquí de él.
-¿Su edad también lo es? -esperaba Jenny que lo del novio solo hubiera sido un invento de Angela con el fin de enojar a su abuela y su padre, pero ahora que según era real, esperaba al menos que su edad fuera
-Sí madre. Tiene veintidós.
Jenny calló por un momento. -¡Bien! -exasperó-. Igual tengo que conocerlo. Cuando conocí a tu padre yo tenía tu edad, y él acababa de cumplir veinte. ¡Qué son dos años más! -sonó grata.
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LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]
Misterio / Suspenso[+18] «Quien dijo que los secretos se sepultaban para siempre, no tuvo que haber vivido lo suficiente como para ver su profanación». Advertencias de contenido: ⚠️ Escenas muy explícita de: homicidio, sexo, violencia y abuso sexual. ⚠️Lenguaje inapro...