Capítulo 50: La deshonra de la Familia Smith

30 11 0
                                    

Muy temprano por la mañana, Angela despertó para reunirse en el comedor de su ostentosa casa con sus familiares y su padre. La Tía Veronica hermana mayor de Mark junto a su tres hijos: los gemelos Blair y Blake de la misma edad que Angela, y su hijo menor, Bruce. A ella al igual que su esposo Michael, dueño de un pequeño porcentaje de las acciones en "Petrolera Smith", les gustaban los nombres con "B". Eran tan idénticos, pareciendo dos víboras perfectas el uno para el otro.



Así mismo se encontraba también su Tío George, menor que su padre. El Tío al que todos amaban, muy diferente a sus dos hermanos, tanto en lo pretencioso como en lo básico y materialistas. Él se encontraba junto a su hermosa esposa Carolina, igual de linda y su pequeño hijo de diez años, Denver. El único Tío por el que Angela esperaba con ansias, queriendo ser visitada por él más frecuentemente, pero su trabajo como un sencillo pero bastante cotizado Cirujano Cardiotorácico de Florida, lo mantenía ocupado la mayor parte del tiempo.



Por suerte su madre era hija única, o tendría que estar obligada a relacionar con familiares, quizás mejores, pero quien sabría que fuesen iguales o peores de detestables como Tía Veronica, su esposo y sus hijos. Su madre se había esmerado en serio para dejar el comedor como el lugar perfecto para una mañana Navideña en familia. Angela no entendía el porqué aún se mantenía esta tradición cuando ya sus padres se encontraba separados. Ella había rescatado este aspecto durante la ruptura, como consuelo a lo que suponía que no volvería a estar obligada a presenciar. Su hermano Jason, desde hacía cinco años que el escogía si asistía o no a estas reuniones tan absurdas.



No aguantaba Angela la presencia de ninguno, excepto por el Tío George y su esposa. Ni sus abuelos paternos se salvaban de ser poco agradables a su vista. Nos los culpaba por sus mentalidades tan retrógrada, pero con cierto tiempo bajo sus presencias, se volvían asfixiantes en todo el sentido de la palabra. Su abuela Meredith, se sentía superior a su madre, solo por tener un matrimonio de más de cuarenta años. Reprochaba a la Señora Ford del fracaso de su matrimonio con el hijo. Creía que la mujer estaba para servir a su esposo en lo que demandara, y cubrir con los quehaceres de la casa, lo cuál, su nuera nunca fue. Jenny era independiente, muy lejos de ser una ama de casa que nunca le debatiría a su esposo los roles y posturas que el tomara frente a su matrimonio, entre esos, la infidelidad. Por esto, Meredith tenía a su hija Veronica y nuera Carolina como modelo a seguir para Jenny, pese a que lo de la infidelidad era algo que nadie en la familia sabía. Aunque el Tío George sería de los hombres menos esperados en cometer adulterio, tanto Carolina como Veronica cumplían con lo estándares de mujer, regidos acorde a la ignorancia de la Gran Señora Meredith de Smith, esposa del dueño de la Confeccionadora mas grande de todo Connecticut, Richard Smith.



Desde el minuto cero en el que Angela asomó sus suaves piernas en el corto vestido J. Ford color verde navidad, diseñado por su madre, se convirtió en un centro de disimuladas críticas para la familia Smith. Un traje hecho única y exclusivamente para ella, tan ajustado que resaltaba sus exuberancias. No había estado interesada en continuar con la coleta de caballo y vestimenta apercibida. El feroz estilo que le deba a su persona, con su cabello suelto y ondulado era una sofisticación madura y atrevida de su propio empoderamiento femenino. Un cambio por el que todas las mujeres de vez en cuando deberían apostar, como un mimo a sus distinguidas bellezas.

-¡Acaso es esa la sobrina más hermosa que tengo! -refirió el Tío George dándole un fuerte abrazo a Angela. Adoraba que su Tío la llamara así. Eso ardía en la cara de la envidiosa Verónica y su princesa Blair. Ellas pretendían ser lo mejor de entre lo mejor.



-¡Pero que cosas dices Tío! -usó la modestia-. Tú te ves más encantador que nunca, hasta algo más joven. No le digas a papá, pero eres sin duda el más apuesto de los hijos de la abuela y el abuelo -susurró Angela al oído de su Tío.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora