Capítulo 38: Apostando por el más ingenuo I

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La llamada del Misterioso que recibió John, en donde le pidieron dar el mensaje sobre la culpabilidad del entrenador de Básquet, fue la última prueba para poder confirmar, que la justicia del Misterioso llevaba el nombre de Keisha Withworth. Todos los puntos coincidían, sobre todo el del director Tom, quien no tenía mano directa en el asunto, pero el hecho de rodar la vista ante ello y hacer pasar por alto la verdad sin dudar, lo sentenció ante un ser frío, que deseó su pérdida existencial.

Sin embargo, los últimos por caer, hicieron de los chicos más que una odisea, fue un camino donde arriesgaron su vida y casi cobra la de un inocente. Hasta conseguir pruebas se había vuelto algo imposible, no sólo con que no tenían aún el video de Keisha, que tal vez nunca lo conseguirían, sino que también estaba éste personaje del que todos desconocían, nombrado como “Peter Watson” por el mismo Chase. Ahora estaba conseguir pruebas en contra del entrenador, Manuel Gonzales. ¿Cómo lo harían?

A pesar de la intervención de Deborah, entre John y su relación con su mundo de tormentos, el Misterioso se encargó de anular todo obstáculo. No sólo le dejó a John tal mensaje sobre el próximo de la lista negra, también le aseguró haberlo condenado para hacer lo que le pidiera, y hasta el momento, solo le pidió luchar por el amor de Deborah y no permitir que sus inquisiciones se interpusieran.

John hizo lo que le pidió, les dio a los chicos el mensaje pero no sabía hasta que punto debía hacerle caso al Misterioso. Creía que tal vez, no dejar de lado lo que Deborah declaró, era lo mejor, aún cuando él odiaba eso. Lo único que deseaba era poder tomar su mano como antes no lo hicieron, tenía tanto amor por brindarle que no estaba para nada a gusto, con darle fin a una relación que llevaba poco tiempo cosechándose. Se acorraló a sí mismo con su dilema, pero lo más seguro era escuchar a su corazón.

—Deborah, necesitamos hablar —impuso John en un acto desesperado por terminar con la tontería que llevó a Deborah a cortar con él.

—No he cambiado de decisión. —Le declaró Deborah llegando a casa de Angela. Quien en preciso momento, abrió la puerta—. ¿Cómo supiste que estaría aquí? —agregó Deborah.

John dirigió su vista hacia Angela, era la cómplice de ello.

—Eso es lo de menos, y ahora quieras o no, me escucharás —aseguró.

—Estoy de acuerdo con él —secundó Angela—. Aquí no ingresarás hasta que entres en razón —cerró la puerta en la cara de Deborah.

—¡Eso es muy infantil de tú parte, Angela Smith! —gritó Deborah a la puerta—. ¡Me oíste!

—Más infantil es lo que tú haces —se acercó John a ella.

—¿Infantil? Esa es la decisión más madura que he tomado en toda mi maldita vida —alteró.

—¿Y la más infantil cuál es entonces? —inquirió John.

—Enamorarme de alguien con quién tuve sexo en un retrete —contestó Deborah caminando hasta la acera, lejos de la puerta de casa de Angela.

—¿En serio te enamoraste? Porque no lo parece, seguir empeñada en querer proteger algo que se sale de tus manos, cuando claramente podrías luchar por sostener algo que si está en tú poder.

—Sí, eso es amor y protección, John.

—Me sigue sonando a cobardía. Si tu y yo sabemos que estoy más adentro que afuera de todo esto —manifestaba con sus manos moviéndose tan efusivas—. El mismo Misterioso me lo dijo, ahora no lo puedo quitar de mi camino solo porque tu me termines.

—¿Por qué siento que hay algo de esa conversación que no me estás diciendo? —cuestionó Deborah de pronto.

—No soy yo quien esconde, o escondía hechos.  —Su semblante en John perdió concentración, y se convirtió en desprevención.

LO MEJOR ES CALLAR: Deseo de Justicia [4to BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora