Almas inversamente proporcionales (Freddedy)

tres

Fred abrió los ojos de golpe, el agua le caía en la cara y todo el cuerpo, se sentía ligero, quizá porque no había comido nada, se sentó en un movimiento brusco y se dio cuenta de que no estaba en casa. Estaba en el campo, rodeado de una infinidad de pasto debajo de él. Y no parecía haber nada cerca.

Giró hacia atrás, encontrado que lo unico que podía ver a kilómetros de distancia era ese gran e imponente árbol.

Corrió hacia él, dándose cuenta que el agua no lograba caer debajo del árbol gracias a sus muchas y amontonadas hojas.

Al llegar debajo de dio cuenta de que lo mojado que había estado, ahora estaba seco, de un momento a otro, su cabello se agitó un poco cuando movió la cabeza de un lado a otro con fuerza, haciendo salir las pocas gotas de agua que habían quedado ahí.

Al detener su cabeza pudo ver cómo un rostro se asomaba desde la parte trasera del tronco, unos ojos grandes y azules lo habían atrapado por completo, el chico retrocedió volviendo a esconder su cabeza protegido completamente por el ancho y grueso tronco del árbol.

— ¿Hola? — preguntó Fred caminado lentamente al otro lado del tronco.

No había nadie, regresó sobre sus pasos a su punto inicial y de igual forma no había nada.

Giró un poco su cabeza y dio un salto al darse cuenta de que esos ojos azules estaban detrás de él; — ¡Oye!

— Lo siento, ¿te asusté?

Fred lo miró de arriba a abajo en un vistazo, era moreno y su cabello era castaño y largo, sus ojos azules resaltaban en su rostro y podías ver qué era delgado por su playera holgada y pantalones largos.

— Estoy bien, solo me sorprendí.

Freddy lo miró con detenimiento y le sonrió; — ¿A ti que te pasó?

— Seguramente esto es un sueño. Se siente extraño estar aquí.

— Yo también pensé eso la primera vez que llegué aquí.

Un escalofrío le recorrió a Fred todo el cuerpo, un sentimiento de angustia comenzó a crecer en él y miró a todos lados asustado; — ¿Cómo sales de aquí? — preguntó visiblemente asustado.

A Freddy le extrañó esa reacción así que decidió no avisarle en ese momento que estaba muerto o bueno, apunto de morir.

— Oye yo... — Fred comenzó una oración que no pudo terminar, se tomó el estómago y soltó un grito de dolor cayendo al suelo, cómo si alguien lo hubiese pateado.

Freddy se asustó al verlo así, se arrodilló junto a él y le preguntó si se encontraba bien.

Pero cuando iba a tomarlo con sus propias manos, Fred desapareció.