cincuenta y uno

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Freddy miraba el cielo, últimamente se había sentido vacío. Esperaba todo el tiempo que Fred apareciera, y su último encuentro giraba al rededor de su cabeza.

Todo su ser estaba lleno de confusión y se preguntaba de vez en cuando si esa era la razón por la que todavía no había muerto, ya que no tenía paz en su interior.

Dos no había desaparecido desde la última vez que Fred estuvo ahí, se quedaba quieto por horas en el mismo lugar, con su cuerpo siempre en dirección a donde Freddy fuera.

— ¿Hablabas en serio? — preguntó el castaño dando vuelta en el césped para quedar recostado boca abajo, apoyando sus codos para levantar la parte superior de su cuerpo, mirando a su otro yo.

La respuesta quedó en el aire hasta que Freddy la reformuló; — ¿Hablabas en serio cuando dijiste que Fred no volverá?

Dos bajo la cabeza y después la subió de nuevo; — Se supone que no debería volver.

— ¿Porqué dices que se supone? Eso solo me hace pensar que él regresará.

Freddy se recostó boca arriba de nuevo, tocó sus labios con dos de sus dedos, imaginando que quizá ese chico iba a besarlo, jamás había pensado seriamente sobre salir con alguien, no tenía no idea de cómo algo así se sentía, la desesperación creció en su pecho, el quería saber cómo era estar enamorado, cómo era besar a alguien y como era ser correspondido.

Cerró sus ojos deseando fuertemente con que al abrirlos pudiera ser en el hospital, sano y salvo, todo fue un mal sueño, o todo se arregló de alguna forma.

Su madre, sus amigos, su abuela y Fred estarían ahí. Eso lo hizo sonreír.

Dos suspiró fuertemente.

Almas inversamente proporcionales (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora