veinticinco

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— Está bien, no hablaremos sobre su rostro. — soltó Fred incorporando la postura que tenía, más relajado y con la respiración regulada de nuevo —, ¿Porqué nunca te he visto... "Dos"?

El pequeño tomó asiento tranquilamente en el pasto, frente a Fred; — No suelo estar aquí, solo vengo cuando Freddy siente algo que no sea paz.

Freddy lleno sus mejillas de aire y desganado se sentó junto a Fred, mirando hacia el cielo, las nubes comenzaron a acumularse, tornando se tan densas que parecían esponjadas desde abajo; — Las nubes me traen paz. - dijo por fin.

— Son lindas. — Respondió Fred —, Oye Dos, ¿Yo también tengo un...? Uno de esos... Cómo tú.

El pequeño se quedó callado, no emitió palabra alguna, cumpliendo siempre la regla de no responder más que preguntas específicas, si Fred no mencionaba lo que Dos era, que especie de ser viviente era, no podía responder la pregunta.

— A veces hace eso. — soltó Freddy pasados los segundos de la pregunta de Fred —, Parece que no tiene la respuesta para todo. Dos, puedes irte ya, estoy bien.

El pequeño sin rostro bajó la cabeza, su rostro derretido cayó entre sus piernas que estaban cruzadas, y poco a poco se desvaneció.

— No entiendo del todo este sueño, tú puedes hacer muchas cosas que yo no. — dijo Fred.

— Quizá este sí es mi sueño después de todo. — dijo Freddy con una sonrisa pequeña y tranquila, dejando que la brisa suave le acariciara la piel y le hiciera dormir. Pero mientras el silencio se asentaba la duda crecía dentro de Freddy y sin poder evitar su curiosidad preguntó; — Oye... Fred. ¿Porqué te sangraba la nariz la última vez que te fuiste?

Almas inversamente proporcionales (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora