veintinueve

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El hombre estaba sentado en la cama de Fred, en la habitación de este mismo, tomaba su miembro y jugueteaba con él, solo había pagado para que Fred lo observara, era un fetiche común pero desagradable para las personas que no están interesadas en participar.

De vez cuando pronunciaba preguntas como; "¿Te gusta lo que vez?" "¿Te divierte verme?" "¿Querrías tenerlo en la boca o dentro de ti? A puesto que sí".

Fred no tenía intenciones de responder nada, solo miraba, atentamente, sin pestañear o apartar la mirada del movimiento sutil a veces y otras veces brusco que el cliente hacía.

Su padre entró en la habitación; — Se acabó el tiempo, largo de aquí imbécil. —  dijo tapando la vista de Fred.

— Te pagaré más.

— Debes pagar antes de continuar.

El hombre sacó dinero de su bolsillo y lo lanzó al suelo y continuó con lo suyo, D se agachó a recoger todo, lo contó; — Veinte minutos. — afirmó y después se fue cerrando la puerta.

Fred tenía los ojos cansados, entrecerrados. Sintiendo el miedo y la frustración en su pecho.

Pronto podría irse. Debía irse.

Almas inversamente proporcionales (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora