Almas inversamente proporcionales (Freddedy)

cuarenta y cuatro

El viento soplaba más fuerte de lo normal, las hojas del árbol caían al suelo a veces con delicadeza y aveces con torpeza, el silencio crecía, pero el silencio no era ensordecedor cómo suele serlo.

— Fred no sé si pueda decirte en donde estoy, en el mundo real. — sentenció el castaño con su voz más apagada de lo que nunca había estado, su rostro miraba el suelo y su corazón latía con fuerza; — Temo que sea una mala idea...

La sonrisa del rostro de Fred desapareció, en su lugar un rostro sorprendido fue lo que su contrario pudo apreciar, también bajó la cabeza, pero de inmediato miró a Freddy, parecía estar angustiado, algo no iba bien.

Fred se acercó un poco más a él, con delicadeza y aún ambos sentados de frente, pasó sus brazos por los hombros de Freddy, rodeándolo con suavidad, era la primera vez que tenía ese tipo de contacto físico con él, le agradó de inmediato y puso sentir a Freddy dar un saltito en su lugar, sorprendido.

— ¿Fred? — el castaño sintió inmediatamente Omo el ambiente cambiaba a uno más cálido, el chico que estaba frente a él intentaba consolarlo. Nadie lo había consolado desde que había llegado ahí, el sentimiento le recordó lo que era estar vivo y un par de lágrimas se formaron en sus lagrimales, bajaron cálidamente, la simple acción que su amigo había hecho le había conmovido profundamente.

— No te preocupes... Sólo no te vayas de aquí... — susurró Fred, aumentando poco y suavemente la presión en el abrazo que le daba, las manos de Freddy, luego de unos momentos rodearon el cuerpo de Fred también, con suavidad.

— ¿Qué no me vaya de aquí?... Si dices eso...

Fred lo interrumpió con más susurros; — Eres un gran chico Freddy, realmente me agradas y eres una de las pocas cosas que he disfrutado en mi vida yo...

Fred se detuvo tajantemente al sentir su hombro demasiado cálido, se separó de Freddy solo para encontrarse con que estaba llorando.