cuarenta y ocho

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Fred bajó del autobús que lo llevaba al trabajo, entró, tomó su uniforme de su casillero, de entre sus ropas cayó un folleto de casas en venta al suelo, se agachó casi delicadamente y tomó el papel entre sus manos, miró la fotografía de la casa que estaba ahí y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

Suspiró y fue a cambiarse al baño, se miró al espejo un par de veces, su apariencia no había cambiado en lo absoluto, pero se sentía diferente, su corazón sentía una presión enorme.

Y no tenía idea de porqué.

Salió del baño y de vuelta en su casillero había una mujer, ella tomaba sus cosas de su respectivo casillero, era pequeña, algo delgada, castaña y morena. Fred hizo una conexión rápida y sin pensarlo dos veces fue hasta la mujer.

- Hola... - dijo suavemente, tratando de no asustarla.

La mujer volteó lentamente, vio a Fred y sus ojos se abrieron grandes, por alguna razón ver a este chico de la edad de su hijo le hizo pequeño el corazón por un segundo.

- Hola. - respondió ella, tranquilamente.

Fred la miró por un segundo antes de hablar, ahora con un semblante un poco más nervioso; - ¿Usted es la señora Fazbear?

Almas inversamente proporcionales (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora