treinta y siete

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— Puedo notar tu ferviente deseo por vivir a pesar de las circunstancias, Freddy. — dijo Dos aún cerca del castaño, quién miraba el cielo con más tranquilidad.

— ¿Quién no querría vivir? — preguntó Freddy como si fuese o vía la respuesta, pisos sus manos detrás de su cabeza elevando la un poco, como una almohada —, Las personas quieren vivir.

— No todas.

Freddy se sentó en su lugar y miró con el ceño fruncido a su pequeño doble. Suspiró y desvió la mirada; — ¿No todas? No sabes de que hablas.

Dos se quedó callado un par de segundos. El único sonido que quedó en el mundo fue el de las hojas del gran árbol que se encontraba en el centro.

— A veces la situación en que las personas se encuentran los orillan a tener pensamientos desalentador es frente a la idea de vivir.

— Alguno de ellos debería cambiar de lugar conmigo entonces. — sentenció Freddy cruzando se de brazos, parecía molesto al saber que las personas no aprecian la vida aún cuando vivir es realmente bello.

A su mente regresó la imagen de Fred debajo de la cama, sollozando con sangre debajo de la nariz, su corazón se detuvo un segundo y su respiración también. El llevaba sin duda una vida desafortunada, pero quizá anhelaba la vida.

Quizá.

— De hecho Freddy, hay algo que se puede hacer respecto a eso.

— ¿A vivir?

— A intercambiar con alguien que quiere muerte por la vida con alguien que desea morir.

Almas inversamente proporcionales (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora