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Era la primavera de 20XX en Italia en una de las casas en Barrio Brera, un grupo de jóvenes adolescentes celebraban haber terminado la secundaria superior de segundo grado. Cada uno de los jóvenes ya habían decidido seguir la formación universitaria. 

- ragazzi festeggiamo.- anunciaba un joven de cabello azabache levantondo una copa de vino por lo cual los demás lo imitaron y tomaron cada uno de su copa. Excepto por una chica la cual no probó bocado, por lo que su mejor amiga se le acerco. 

- Mio caro amico. ¿Come stai?.- se sentó a su lado acariciándole la espalda para consolarla, sabía la razón por la que se sentía triste.

- Sto bene, no te preocupes ya se me pasara.

- Pero estoy preocupada por ti Hellen, a pesar de que obtuviste una beca para estudiar en Boston no pareces contenta.

- Es que me gustaría no tener que separarme de ustedes, ni de ti Erika eres como mi hermana.- la joven de repente hizo un puchero tierno y la abrazo con fuerza para pasarle sus bribas positivas.

- Estate tranquila, seguiremos en contacto tampoco pienso perder nuestra amistad solo porque te mudas lejos.- le hablo con voz tierna de paso le pasaba su copa para brindar con ella, a lo que esta la tomó.- Salute por tu nueva vida en Boston.

Salute.

Ambas tomaron un sorbo y se rieron al recordar su vida escolar además de las aventuras junto a su grupo de amigos. Hellen a pesar de haber mejorado su humor aún sentía un poco de nostalgia al pensar que ya no estaría junto a sus amigos sobre todo dejaria a su familia entera en Italia. Aunque le consolaba el hecho de poder cumplir su sueño de estudiar humanidades en la prestigiosa universidad de Boston, era como un sueño haber obtenido una beca en la misma, menos mal logró calificar por tener la residencia americana de parte su padre.

...

La fuesta terminó temprano por lo que se retiró a su casa junto a su mejor amiga mañana iba a irse a Boston, así que recorrieron las calles despacio para poder guardarlas en su memoria, junto a Erika recordaron mil anécdotas y travesuras suyas, era increíble que pasaran el tiempo tan rápido, ya cada uno de sus amigos se había decidido su camino.
Llegó a su casa y se despidió de Erika con un abrazo y esta se marcho, en cuanto entro su madre la recibió gustosa.

- Caro como te fue en la fiesta?.- le pregunto invitándola a sentarse junto a ella en la cocina.

è stato divertente, pero no podía dejar de pensar que mañana dejaré Italia, a mis amigos.. y a ti.

- Tranquila cariño, di gracias al de arriba por otorgarte esta oportunidad de oro, aprovéchala.- le acaricio la cabeza tratando de aliviar su pesar por dejar a la familia pero desperdiciar una oportunidad sería un completo error.

- Gracias mamá, te prometo que te escribiré todos los días para contarte como me va.

- hehe espero que con detalles eh.- le revoloteo la cabeza despeinándola a lo que esta se molesto pero lo cambió rápido por un puchero tierno. Se levanto de la mesa para irse a descansar y de paso revisar por quinta vez su maleta a ver si le faltaba algo, así que fue a su closet a sacarla.

Confirmo que todo estaba en su lugar así que la volvió a cerrar esta vez dejándola en la puerta, se fue a bañar y se puso su pijama para irse a descansar mañana tendría que tomar su vuelo a los Estados Unidos a Massachusetts específicamente, no le preocupaba el idioma ya que por su padre era americano de nacimiento, lo que le angustiaba un poco era la gente con la que se rodearía.

Un montón de pensamientos negativos inundaron su mente pero agitó la cabeza y se acomodó en la almohada ya que si se ponía así de negativa sería peor cuando llegara a Boston, no tendría que preocuparse demasiado ya que su atención se centraría en los estudios así ella lo planeaba. Amistades y relaciones podían esperar, tenía una meta que cumplir y no quería distraerse de ella. Suspiro un poco y cerro los ojos quedando profundamente dormida.

Según el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora