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Hellen se quedo esperando a que Dai llegara a recogerla como era costumbre pero no llegaba, aquello la desconcertó el siempre era puntual, entonces fue al estacionamiento a verificar si su auto seguía ahí o se fue antes, en cuanto llego vio su auto pero el no estaba hasta que se acerco más y lo vio en un lado poco visible donde estaba tirado. Sintió un temblor en su cuerpo, dejo caer su mochila y de forma inmediata fue hasta él para ver que estuviera bien, este tenia los ojos entreabiertos pero aun respiraba lo que le dio un poco de alivio. Esta reviso su pulso notando que estaba débil así que quizás tenía la azúcar baja por lo que de su bolsillo saco un sobre de aluminio donde había un poco de jugo de fresa, este era muy dulce por lo que no se lo tomó menos mal o no tendría que darle a su profesor.

Tomo un poco y se lo dio boca a boca, eso no era necesario pero no pudo evitarlo, es decir, lo tenía ahí casi inconsciente lo cual posiblemente no le permitiría recordar lo que paso así que le dio el jugo con su boca sintiendo como sus emciones se acumulaban en sus labios, era una gloriosa sensación por fin después de muchas fantasías con él al fin cumplía una de hace bastante tiempo, mientras lo hacía imagino una vida junto a él lejos de todo lo "burdo" que rodeaba a Dai y a ella, solos los dos en una casa en las montañas pasando sus días con poco pero que a la vez era suficiente, esperaba poder cumplir con ese sueño pronto ya nada más le importaba ni los estudios, ni sus amigos y familia después de todo casi ni estuvieron con ella en los momentos más depresivos que pasó en Boston, en cambió Dai si estuvo cuando más necesitaba un amigo o alguien con quien hablar, que no la juzgara y la escucha con atención como el lo hizo en todas sus charlas dentro de su auto. 

Antes de que despertara le saboreo los labios con dulzura, mientras que su mano estaba apoyada en su pecho y la otra sostenía su cabeza, de repente sintió la mano de Dai sobre la suya esta se aparto rápido de sus labios y este comenzó a tosear, al parecer se le había pasado de intensidad solo esperaba que no recordara nada. Este abrió los ojos encontrándose con el rostro de su estudiantes preocupado, entonces este notó que puso su mano encima de la suya por lo que la saco y trato de pararse pero Hellen lo detuvo.

- Despacio profesor, aun sigue un poco débil.

- ¿Qué paso?

- No estoy segura pero creo que se desmayo por falta de azúcar.- este la miro un momento y le pidió que lo ayudara a levantarse esta lo hizo haciendo que el apoyara su brazo en el codo de esta.

- Perdón ...yo...¿Te asuste?

- Ehh... no, solo estaba preocupada, menos mal que esta bien.

- Muchas gracias por tu ayuda, alguien más me vio?.- comento un poco preocupado ya que esperaba no haber montado una escena en pleno estacionamiento. 

- Creo que no, soy la única que lo vio en ese estado, así que no se preocupe.- le guiño un ojo para aliviar sus nervios a lo que este solo sonrió divertido, entonces le pidió que le ayudara a entrar al auto pero Hellen temía que su profesor se accidentara, aún no estaba del todo bien.

- Profesor no puede conducir en ese estado, por favor déjeme llevarlo a casa.- este se sorprendió ante la propuesta, bueno era cierto que podía poner a otros en peligro si el manejaba pero dejar que su estudiante lo haga, no creía que fuera lo mejor, sin embargo esta insistió en llevarlo sin más que contradecir aceptó que lo hiciera. Esta sonrió y lo llevo al asiento del copiloto, mientras esta recogía su mochila además de las llaves del auto, abrió la puerta del conductor y encendió el auto. 

- Disculpe. ¿Tiene licencia de conducir?

- Sip, la saque cuando cumpli 18 en Italia.- salió del estacionamiento junto a Dai en su auto, era la primera vez después de mucho tiempo que manejaba pero no olvido lo básico así que no tuvo muchos problemas, mientras salía del estacionamiento por la ventana vio a la profesora Hether en la vereda subiendo a un taxi, ambas cruzaron miradas pero en vez de perturbarse le sonrió victoriosa, esto desconcertó a Hether entonces pudo entender cuando notó estaba manejando el auto de Dai además de verlo a él en el asiento del copiloto. Hellen volteo la mirada y solo siguió manejando ignorando a la pelirroja que por el retrovisor pudo ver un gesto de impotencia mientras apretaba sus puños. *Jejeje esa vieja esta que se derrite* pensó mientras sonría de lado porque en esa ocasión ella era superior.

Según el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora