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Hellen caminaba mirando el cielo estrellado de esa noche, se sentía  diferente a las demás, tal vez por el hecho que habían pasado un montón de cosas en tan solo unos meses y bueno ella hizo también un montón de cosas, si su madre supiera sería su final en Boston. *Ahora que lo pienso, Elena le habrá contado algo a mi madre*.

Se quedo quieta un momento en medio de la vereda pensando en eso, las ultimas llamadas fueron muy tranquilas, sin reproches ni prohibiciones, posiblemente su prima temia que en cuanto su madre se enterara de los últimos acontecimientos le lanzaría un tremendo sermón, después de todo ella siempre busco su aprobación, algo que nunca llego a entender del todo. Dejo de lado sus pensamientos y continuó caminando hasta llegar a casa don la bolsa cruasanes para su prima.

- Hellen tardaste!

- Lo siento, había mucha cola y estos fueron los últimos.- le hablo desde la entrada guardando las llaves en el plato de porcelana del mueble. Una vez dejo la bolsa en la mesa se fue a su habitación, mañana habían clases así que tenía debía estar bien descansada, antes que pudiera  bañarse John entro a su habitación sorprendiendola.

- Que sucede?.- pregunto desde una esquina quitándose las pulseras de la mano.

- Fuiste a verlo, verdad?.- Hellen lo miró sorprendida para después sonreir de forma maliciosa.

- Me descubriste.

- Creo que es algo obvio, a estas horas una cola larga para conseguir un par de cruasán, es muy vaga esa excusa.- se cruzo de brazos en el marco de la puerta, observándolo como si esperara de ella un poco más de creatividad en sus excusas.

- Vaya, pues entonces mi prima es muy despistada, ya que no me llevo la contraria.

- Se trata de Elena, ya la conoces.

- La conocemos.- respondió con ironía para después sentarse en la cama pensativa si compartirle a John lo que vio en la casa de Dai

- Estas muy pensativa.- se acerco a ella para sentarse luego a su lado.- Hay algo que te tiene intranquila?

- No ... no intranquila, creo que "curiosa" seria la palabra más adecuada.- se saco el carmín de la muñeca y se ato el pelo.- Vi un auto desconocido en frente de su casa.

- Entonces?

- Bueno, no lo sé. Me causo curiosidad de saber de que se trataba, hasta que el estorbo de su hijo cerro las cortinas.- lo último lo bufo fastidiada.

- Ya veo, lo mal probable es que se haya comprado un auto nuevo, por su posición le es posible, o puede que sea el auto de su novia.- en cuanto dejo eso esta apretó las sábanas entre sus manos y miro a la pared como su quisiera hacer un agujero.

- Pero...- John al mirarla le dieron ganas de reirse, pero no era el momento.- tranquila, si te pones así con solo oírlo no le imagino cuando de repente te cruces con ella.

- Yo tampoco no se que haría, pero créeme no le guardo palabras dulce a esa zorra.

John levanto una ceja y miro al techo sonriendo, al parecer el drama de su prima política seria una montaña rusa de emociones, en toda su monótona y desgastada vida había sentido adrenalina como esa cuando Hellen le hablaba de sus planes y fantasías perturbadas, le era a veces enfermo escucharla pero también le era muy entretenido.

John iba decirle algo más hasta que alguien toco el marco de la puerta.
Con una sonrisa un tanto forzada Elena entró a la habitación viendo tal escena, su esposo sentado con su prima en una platica casi inaudible, como si quisieran guardar un secreto.

- Me alegra que se lleven tan bien que platiquen en susurros.

- Jeje que va, Hellen esta tan adormilada que arrastra las palabras.- Hellen iba a darle una mirada fina a John pero entendió rápido y comenzó a marcar su voz con un tono cansado.

Según el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora