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Ya habían pasado 3 meses desde su llegada a Boston, en los cuales a Hellen se le hizo costumbre pedirle a Dai que le llevara a la universidad, además de sus pláticas sobre diversas obras y autores favoritos. Dai estaba impresionado por el conocimiento literario de su estudiante, nunca pensó que encontraría a alguien así entre sus estudiantes que se derivaban más por las ciencias e historia, ni que decir de sus notas y trabajos entregados, sin duda alguna era una buena estudiante hasta se atrevería a decir que era la mejor se su salón. Sus charlas terminaban cuando llegaban a la universidad y como de costumbre esta se despidió de él, pero esta vez con un apretón de manos cosa que a él no le incomodo ya que siempre notaba respeto de su parte. 

Este se dirigió al estacionamiento para aparcar el coche, al mismo tiempo se encontró con su colega Hether, ella también se había vuelto alguien muy cercana a él casi siempre hablaban en tiempo de receso incluso le propuso hacer una publicación juntos para una revista a lo que le pidió tiempo para poder responderle. Mientras caminaba por los salones a su siguiente clase fue un rato a su oficina dada por el Rector, un hecho que le ocurría cuando entraba es que siempre encontraba en su escritorio una bolsa de galletas con una carta anónima con palabras alentadoras, nunca supo quien se las dejaba iba a investigarlo, pero concluyo que era su colega Hether ya que los dulces entregados eran italianos y Hether era de descendencia italiana, por lo que otra persona no podría ser. 

Creo que por esa misma razón tardo en responderle ya que su detalle de prepararle dulces le causaron un sentimiento extraño, por lo que tenerla cerca de pronto lo ponía un poco nervioso aun que no se notará, así que planeo aclarar su mente para no confundir los detalles suyos en otra cosa, aunque también estaba confundido por lo que quería decirle con esos dulces, en fin dejo de lado eso y guardo el regalo en su maleta para comerlos más tarde, ahora iba a revisar algunos trabajos de los estudiantes.

...

Megan y Hether conversaban tranquilas en el patio mientras Megan resolvía su tarea, esos 3 meses fueron los mejores para ella, no solo por haberse acercado más a Dai sino también por entablar una amistad con su hijo, bueno por medio de redes pero era un avance para ella aunque tenia que admitir que no fue fácil hacer que hablara con ella, pero con el pasar de los dias encontró un punto en común de lo que hablar con el, la lectura era su pasatiempo favorito por ello esta siempre le hablaba de obras logrando atraer su atención, por como empezó a escribirle al parecer estaba fascinado por sus conocimientos por no decir otra cosa, pero sucede que en un momento este le había pedido verse algún día en persona, sin embargo retraso el encuentro temiendo un poco ya que no sabia como presentarse exactamente, menos sabía si este le había reconocido ese día en el muelle, ese hecho la hacia desconfiar temiendo ser reconocida, por eso no se arriesgo y en ese perfil falso se coloco otro nombre sin foto de referencia, ahora que quería verla no estaba segura si ir o no, asi que penso en que hacer hasta que su amiga empezó a molestarla con insistencia para que le hiciera caso, entonces volteo a verla cayendo en cuanta que ella podría ayudarla con el asunto, Megan era la mejor "improvisadora" que conocía.

- Aqui Hellen, que dice.- le señalo su práctica con insistencia para que le ayudará a responder, al parecer quería aprender otro idioma el cual era el italiano, cosa que a ella le sorprendió en cuanto se lo dijo.

-  Ahi dice "Mi nombre es.." Mi chiamo.- lo pronuncio lento para que su amiga lo repitiera y se le quedara la pronunciación. 

- Y aquí?

- "De donde eres?" ... Di dove sei? .-lo pronuncio para que ella lo imitara al ritmo que escribía el significado a su costado de la palabra.

- Muchas gracias amiga.- la abrazo de costado con ternura por ayudarle con el italiano.- no se que haría sin ti.

Según el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora