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En el auto no hablaron demasiado de camino a su casa, estaban más concentrados en guardar lo que quedaba de la noche para guardar en sus mentes para después describirla a detalle en el futuro o solo recordarla para ellos mismos. Cuando llegaron Hether se bajo del auto y Dai la acompaño hasta la puerta, una vez ahí el se despidió con una dulce sonrisa pero fue detenido por la mano de Hether quién lo detuvo.

- Ya te vas?

- Así es...

- No quieres probar el postre que hice para ti?.- la miro curioso ya que no pensó que haría tal cosa en el poco tiempo que fue a buscarla.

- En serio? Hiciste uno en tan poco tiempo, no dejas de sorprenderme.

- Pues hasta ahora as visto poco, adelante ven a probarlo.- este la siguió al interior de su casa, esta le pidió esperara en el sofá a lo que acepto entonces esta fue a guardar su bolso a su habitación. No tuvo problemas en esperar después de todo iba a darle el valor apropiado al gesto que hizo para él, entonces pacientemente se quedo ahí pero como estaba tardando un poco más entonces sacó un momento si celular para distraerse, eso hasta que escucho un fuerte ruido que lo sorprendió de sobre manera.

- Hether?.- la llamó pero esta no contestaba así que fue a la escalera a ver si la veía pero no estaba, se empezó a preocupar ya que no atendió su llamado, por lo que subió hasta el segundo piso a verificar que estuviera bien, encontrándose con la luz de su cuarto encendido, se quedó detrás de la puerta junta pensando si debería entrar o no, más no lo pensó ya que temió que se hubiera accidentado dentro así que terminó de abrir la puerta más no la vio, parpadeo confuso hasta que volteó intempestivamente cuando escucho cerrarse la puerta tras de sí, era ella quién lo había echo, suspiró porque aquel ruido lo había conmocionado.

Iba a regañarle por el casi susto que se llevo hasta que se acercó y viéndola mejor esta ya no tenía su elegante vestido, estaba solo en bata, aún así sintió la necesidad de reclamarle el susto.

- Hether casi logras asustarme, algo que no es frecuente en mi.

- Lo siento, pero era la única manera que encontré para que vinieras a probar tu postre.

- Eh?.- levanto una ceja volteando alrededor sin ver nada más que solo ella.- Donde esta?

- Jeje en serio que tienes una mente pulcra.- lo empujo a su lecho quedando sobre él.- Me siento una degenerada justo ahora.

- Ah... ya entiendo, a ese "postre" te referías.- se llevo su mano a la cara sintiéndose un tonto, al no entender la indirecta.

- Jejeje... así es. Quieres probarlo?

- Umm.. no lo sé.- aquella respuesta hizo temblar a Hether, dudando si estaba siendo demasiado coqueta, será que eso podría terminar por hartar a Dai, esa idea la hizo congelarse por el temor, pero antes que pudiera bajarse, él tomó sus manos, una se la puso en su pecho otra en su rostro  sorprendiéndola de sobremanera.- Ya lo pensé y si me gustaría probar el postre.

- Eh... tu..- bajo su mano por su mejilla y redujo la distancia para besarle.- Me asustaste... eso merece una reprimenda.

- Esta bien, te lo concedo por esta vez.- dicho esto Hether sonrió comenzando con darle el "postre" que le prometió y de paso una pequeña reprimenda por su respuesta tardía, también iba a dejar que él le cobre por el susto anterior, de esa forma dio inicio a el cierre de esa agradable cena con ambos compartiendo su brasa mutua para hacerla una sola.

...

Elena regresó agotada de lo que llamó "una cena de reyes", nunca antes fue a ese restaurante menos era decir que los conocía, pero fue una experiencia deleitosa.

Según el planDonde viven las historias. Descúbrelo ahora