*No soy una mala persona**llame a una ambulancia para que fuesen a ayudarla* *no tengo nada contra ella* *sólo soy leal a mi amiga*, sus pensamientos no lo dejaron tranquila durante toda la noche, no podía evitar sentirse culpable por haber dejado a su suerte a la profesora Hether, sin embargo llamó una ambulancia, así que en cualquier momento vendrían a ayudarla, esperaba que así fuera y los paramédicos no creyeran que fuera una broma.
Seguía pensando en su profesora hasta que a lo lejos se oyeron unas sirenas, abrió los ojos para asegurarse que no fuera un sueño y respiró más aliviada al saber que ya estaban con ella. Entonces más aliviada se acomodó junto a su novio con una sonrisa.Dai regreso a su casa 15 minutos después de que se llevaran a Hether, estacionó el auto, saco su llave para entrar a la casa y una vez estando dentro fue directo a su habitación, necesitaba al menos descansar 5 horas, o mañana no podría concentrarse en dar su clase. Se hecho en su cama pensando con más detenimiento por qué Hether nunca llegó, trataba de encontrar una explicación, sacando varias conclusiones dedujo que probablemente algo lo hubiera pasado en el camino, pero de haber sido así le habría llamado para avisarle. Hether a diferencia de él era un poco más expresiva con sus problemas, incluso pedía consejos u opiniones para saber cómo actuar contra una situación, por otro lado Dai si llegaba a tener un problema pensaba primero en resolverlo solo y si no podía entonces pedía apoyo, sin embargo casi nunca lo hacía, lograba tener el control por lo que casi nunca necesitaba de otros para que lo ayudasen.
Eso a veces era un problema, no obstante llegaba a lidiar con ello, ahora no tenía tiempo para pensar, mañana estaría ocupado en las clases aunque se daría un tiempo para hablar con Hether en la universidad, quería una explicación, no tanto una disculpa ya que a pesar de todo no estaba enojado con ella. Mientras pensaba cerro sus ojos y se quedo dormido, justo en ese momento una llamada de un número no registrado se hacía presente, pero este estaba muy cansado como para contestar, además era un número que no conocía así que pensó que se equivocaron de número.
...
- Dai contesta por favor...- Hether yacía en la camilla con oxigeno y suero tratando de comunicarse con Dai gracias al teléfono que una de las enfermeras le prestó.
- Señora ya es tarde, creo que su novio ya esta descansando.- Hether miro a la enfermera con un puchero por haberle dicho señora y porque le hizo recordar lo que ella y Dai pudieron ser si no hubiera explotado su auto.
- Disculpe pero yo aún no me caso y el no es mi novio, se suponía que lo fuera esta noche pero la mala suerte me atacó.- la enfermera la miro extrañada y solo suspiró. Hether llamó otras tres veces pero no hubo respuesta, así que se rindió y le entregó su celular a la enfermera.- La mala suerte no permite que hable con él.
- O su rival quizás.- mencionó irónica pero Heather abre los ojos con sorpresa y detuvo a la enfermera.
- Espere, mi rival?
- Lo siento señorita no me haga caso.- se disculpó ya qué pensó haber sonado grosera.
- No esta bien, ¿Por qué pensó que tengo una rival?
- Bueno en realidad fue ironía... pero pensándolo bien, por lo poco que usted me contó todo iba perfecto pero justo tuvieron que romper su ventana, además su coche se incendió y el celular estaba debajo del asiento, es muy conveniente creo yo.
- ¿Fue un sabotaje?
- I don't now... yo no me adelantaría en culpar a alguien, no tiene pruebas y los pocos testigos apenas si recuerda sus rostros, además no sabe quién llamo a los paramédicos...
- Es cierto!! Eso aún no logro entenderlo eso, ellos dijeron que me encontraron al otro lado de la calle cuando yo estaba enfrente de la casa de Dai, pensé que había sido él quien llamó, pero ellos me dijeron que fue una llamada anónima. Todo es tan raro.
ESTÁS LEYENDO
Según el plan
FanfictionHellen Moretti es una joven universitaria en Boston, su deseo es poder graduarse con honores y tener una vida plena, pero sus metas tendrán un pequeño obstáculo llamado "Dai", su profesor de literatura a quien no pudo dejar de observar, no solo por...