CAPÍTULO 1

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Milagros pov:

—Zoe, ¿vos estás segura de que podemos pasar por acá? —le pregunté a mi mejor amiga mientras miraba para todos lados con miedo a que alguien nos frenara.

—Sí Mili, dale —me respondió tirando de mi brazo y obligándome a caminar—. Si no se pudiese pasar, debería haber alguien de seguridad, ¿no?

—Pero capaz se fue dos segundos a hacer algo, que se yo —dije frenándome en seco—. No creo que se pueda entrar al pasillo en donde están todos los jugadores así como si nada.

—Uf bueno, si no querés venir, esperame acá. —Se fue corriendo y me dejó parada en el medio del pasillo, sola.

A veces mi mejor amiga no medía mucho las consecuencias de sus actos y me arrastraba en sus quilombos.

Zoe y yo éramos amigas desde hace muchos años ya y habíamos decidido hacer un viaje a Inglaterra con los ahorros de toda la vida de las dos. La estábamos pasando re bien en el viaje hasta que ella, fanática del fútbol y del Manchester United, se enteró que hoy jugaban contra el Arsenal cerca de donde nos hospedábamos nosotras y había logrado conseguir dos entradas para ir a ver el partido. Yo por mi parte no era tan fan del fútbol, me gustaba más la Fórmula 1 pero Zoe siempre miraba las carreras conmigo los domingos, así que cada tanto (porque estos chabones parecía que jugaban todos los días) miraba partidos con ella.

Acababa de terminar el partido y el Manchester United había perdido pero, dentro de todo, las cosas estaban yendo bien. Aunque no creía que eso durase por mucho tiempo más.

—La puta madre Zoe, ¿dónde carajo te metiste? —pensé en voz alta.

Estaba caminando de acá para allá por los nervios de que alguien me encontrase acá. Cuando empecé a escuchar pasos que se acercaban a donde estaba parada, me di vuelta de golpe y choqué de lleno con una persona. Quedamos tirados en el piso.

—La concha de la lora, flaca. Fijate por dónde caminás, ¿querés? —me dijo el chico enojado—. Please, be careful next time.

Por la ropa parecía ser un jugador del United y por el insulto, argentino también.

—Ya te entendí a la primera con la puteada. No hace falta que lo repitas en inglés, gracias —le contesté mal.

—¿Hablas español? —Me miró confundido.

—No, ¿sabés que no entiendo una mierda de español? —dije sarcástica—. ¿A vos que te parece, capo?

Seguíamos sentados en el piso.

—Bueno, bájame un poco el tonito eh.

—¿Yo tengo que bajar un poco el tonito? Si fuiste vos el que me puteó de entrada por habernos chocado nada más.

—Okey, perdón por eso. —Me miró de arriba abajo—. Pero vos no deberías estar acá, igual. ¿Qué querés? ¿Una foto?

—¿Eh? No, lo qu-

—Ah ya sé, querés que te firme mi remera —me interrumpió—. Si tenés un marcador o algo te la firmo pero andate de acá después porque este lugar es solo para jugadores. No pueden entrar los fans.

—Flaco, ¿podés dejarme terminar de hablar? —dije exasperada—. No sé ni quién mierda sos, menos voy a querer un autógrafo. Y ya sé que no puedo estar acá, estoy perdida y no encuentro a mi amiga.

El chico se levantó y me dio la mano para ayudarme a pararme pero tiró de mi brazo tan fuerte que me choqué contra su pecho y tuve que agarrarlo de los hombros.

—Supongamos que te creo. —Se separó de mí—. Dejame que te lleve a la salida y esperá en la puerta que yo voy a buscar a tu amiga.

—¿Y por qué harías eso por mí?

—Porque estoy cansado, de mal humor y quiero descansar y supongo que no te vas a querer mover de acá hasta que no veas a tu amiga —me respondió.

Me estaba irritando pero tenía razón.

—Está bien. —Suspiré—. Mi mejor amiga se llama Zoe y es muy fan del Manchester United. Así que, si le ofrecés un autógrafo, la vas a encontrar fácil creo.

Se le escapó una risa por lo que había dicho pero rápidamente volvió a ponerse serio.

—Perfecto entonces, la salida es por allá. —Me señaló unas escaleras que estaban a mi izquierda—. Subilas y caminá derecho que llegás a la puerta.

Seguí sus indicaciones pobres y logré llegar hasta la puerta. Un par de minutos después, Zoe salió con una sonrisa de oreja a oreja y con su remera firmada.

—AAAAAA no sabés —empezó emocionada—. ¡Me encontré con algunos jugadores y uno de mis favoritos me firmó la remera!

—Re copado pero me volvés a dejar sola, parada en un lugar random y morís.

—Perdón, te juro que no lo vuelvo a hacer. —Me abrazó y sonreí.

Volvimos al hotel y Zoe apoyó la remera muy cuidadosamente arriba de una mesita que había en la habitación.

—Bueno, a partir de hoy y hasta que nos vayamos, esta remera no se mueve de ahí —sentenció.

—Pero falta un montón para que nos vayamos boluda —dije riéndome—. ¿No vamos a poder usar la mesa?

—Nop. Igual, es súper chiquita. —Le restó importancia—. Dudo que le pudiéramos dar mucho uso.

—Está bien, si vos sos feliz... —le contesté—. Pero al menos, después de estar todo el día en la cancha, decime que vamos a ir a recorrer algo o a comer.

—A comer será. —Me sonrió.


Lisandro pov:

El partido no había resultado como queríamos y terminamos perdiendo. Estaba increíblemente enojado y no tenía ganas de hacer nada más que: volver al vestuario, ducharme e ir a mi casa sin hablar con nadie. Pero me choqué con una chica que estaba en los pasillos caminando de un lado para otro. Esa situación me había dejado un poco descolocado porque no estaba acostumbrado a que hubiese gente externa al equipo. A veces lograban infiltrarse fotógrafos pero nunca había visto a una fan, mucho menos a dos. Me había quedado con la intriga sobre cómo se llamaba la chica con la que me había chocado y si realmente estaba perdida y nada más. Decidí no darle muchas más vueltas a la cuestión porque lo más probable era que no la volviese a ver nunca más.

Opté por quedarme toda la noche en mi casa, viendo películas y comiendo chocolate para relajarme un poco. Ya mañana iba a ponerme a entrenar de nuevo para jugar mejor el próximo partido. Encima tenía que dar notas y hacer algunas entrevistas y no tenía muchas ganas porque, desde que me había separado de mi novia, parecían más importantes los motivos de la ruptura que mi carrera futbolística. Lo peor era que no había mucho que explicar, Delfi y yo nos dimos cuenta que ya no nos queríamos de la misma manera y decidimos volver a ser amigos pero los medios siempre inventaban polémicas inexistentes.

Y yo odiaba estar metido en polémicas.

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Aclaraciones: esto es una historia de ficción por lo que puede que varias cosas y hechos de la realidad sean modificados o pasados por alto para la elaboración coherente de la misma.

Desde ya, este fic no tiene el fin de ofender a nadie, solo de entretener. Respeto completamente la vida y familia de todas las personas famosas que aparezcan en esta historia.

Gracias por leer.

<3

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora